"Un día mis amigos se fueron a la fiesta de un estreno y yo me quedé sin ir porque tenía que acostar a los niños. No estaba mi pareja y tenía que acarrear con los dos niños para no despertarlos". Este momento en mitad de la noche que Félix Viscarret encontró cómico y un poco doloroso le inspiró para crear Una vida no tan simple, la película que se estrena este viernes 23 de junio y que explora algunas de las crisis que pasada la década de los 30 invaden el espacio físico y mental de la sociedad.
La cinta sigue a un joven arquitecto que tras un breve momento experimentó el elixir del éxito y que años más tarde vive una imparable bajada a los infiernos, tanto a nivel personal como profesional. Está protagonizada por Miki Esparbé, al que se le suman Ana Polvorosa, Olaya Caldera y Álex García.
El director presentó la película el pasado mes de marzo en el Festival de Cine de Málaga, donde hace 6 años recibía Biznaga de Oro y de Plata a la mejor película y al mejor director por Bajo las estrellas. En el marco del certamen pudimos hablar sobre las entrañas de este drama existencial que parece vislumbrar la luz al final del camino.
¿Qué inspiración has encontrado en tu vida para crear el guion de esta película?
Me doy cuenta un día de que mis amigos sin hijos se van a la fiesta de un estreno y yo me quedo sin ir a esa fiesta porque tengo que acostar a los niños. En ese momento estaba yo solo, no estaba con mi pareja, tengo que acarrear con los dos niños, uno en la sillita, otro en la mochila, para no despertarlos y llevarlos a su cama. Había algo cómico en ese momento, en mitad de la noche, yo con dos críos dormidos en brazos. Sentí como una sensación de pérdida. Esa vida que dejo atrás. Esa vida sin niños, sin preocupaciones. Estoy dejando atrás eso. Me produce dolor no estar en esa otra vida. Pero cuando les ves la cara te das cuenta de que no, de que debes asumir que ya no eres el protagonista de tu película, que ellos son ahora los protagonistas.
Me produce dolor no estar en esa otra vida. Pero cuando les ves la cara te das cuenta de que no, de que debes asumir que ya no eres el protagonista de tu película, que ellos son ahora los protagonistas
¿Cómo llegaste a elegir a Miki Esparbé como el protagonista de tu película?
Para hacer de un coronel nazi no necesitas a alguien que esté afiliado a las SS, ¿no? Lo que sí tratas es que haya una afinidad entre el actor o actriz y el personaje que sea. Que sea muy de verdad. Por ejemplo, Miki Esparbé no es padre, pero después de rodar las largas tomas en las que él tenía que convencer a los niños de que se vistieran para llegar a clase a tiempo y se pusieran la ropa y salieran a la calle y corrieran por llegar. Yo le veía y decía eso es la paternidad. Había esa afinidad entre cómo son ellos con las personas o como intérpretes y cómo eran los personajes, y pensé que era importante.
A Contracorriente Films
Esta película está colmada de pequeños detalles que la hacen grande, ¿cómo ha sido poner el foco en la rutina del día a día y hacerla brillar?
En esta película reflejamos detalles muy especiales, muy inconfundibles de nuestra vida. El espectador al verlos se identificaría. Queríamos que al verla dijera: ‘Joder, esa también es mi vida”. Con ese espíritu creamos Una vida no tan simple, con la que el espectador conectará con esos detalles que tú dices de la vida cotidiana que todos hemos pasado por ahí.
¿Cuánto bebe el personaje de Miki Esparbé de tu experiencia como director en la industria del cine?
Evidentemente existe un paralelismo entre el ego de los directores de cine y el ego de los arquitectos. Los dos se pegan muchos años intentando que sus proyectos creativos salgan adelante y a veces salen o a veces no. Cuando ves que otros profesionales son más jóvenes y están teniendo más éxito que tú, esa rabia es patética pero es muy divertida si lo puedes observar y ahí hay muchos paralelismos. Aunque yo negaré que sea autobiográfica, diré que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia o que esto es la historia que me ha contado un amigo.
Aunque yo negaré que sea autobiográfica, diré que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia o que esto es la historia que me ha contado un amigo
Además de una crisis existencial del protagonista, se muestra una lucha interna que se vive desde la maternidad.
Me gustaba también reflejar esa parte de la maternidad. Yo no creo que el personaje de Ana Polvorosa sea una mala madre, pero es verdad que está lidiando con una voz en su cabeza que es una presión tan gorda que hace que a veces esté saturada y se pregunte o tenga dudas: ‘¿Y si esto no es para mí? ¿No lo estoy haciendo bien?’. ¿Quién no tiene esa voz en su mente, en lo profesional, en lo personal, en tu vida en pareja…? Me parece que no se suele retratar tanto esa parte de cómo lidias con esa voz incansable que te dice: ‘No lo estás haciendo bien’.
Cada trabajo tuyo es diferente al anterior, ¿qué es lo siguiente?
Me gusta divertirme y no ir siempre a lo conocido, a lo mismo, porque eso me aburriría; y si algo me aburre, me da la sensación de que a lo mejor no aportaría el máximo de mí mismo. Pero al ser un terreno nuevo o un terreno que me pilla en un momento que me apetece mucho narrar, pues entonces me entrego como con especial pasión, que es algo tan necesario en cualquier profesión. El siguiente proyecto es una serie nueva para Movistar+ que se llama Galgos: es el retrato de una de la debacle de una saga familiar donde he podido contar con un reparto del lujo y unos guiones escritos por dos dramaturgos y dos cineastas que admiraba yo muchísimo, lo cual era una oportunidad increíble.
