Originalmente, Sauron, el Señor Oscuro, antagonista absoluto de El señor de los anillos que permaneció vivo como la encarnación del mal en la Tierra Media durante tres eras, era... un gato gigantesco llamado el Príncipe de los Gatos. Así se le representaba, al menos, en las primeras versiones de El Silmarillión, aunque después evolucionó hasta convertirse en el Señor de los Hombres-Lobo. De hecho, no se llamaba Sauron, sino Tevildo, Tifil o Tiberth, dependiendo del momento de la escritura. Finalmente, por fin, tras muchos nombres y apariencias más, como Thû, el nigromante, acabó naciendo Sauron. Y el resto es historia.
La oscuridad que todo lo consume
De hecho, Tolkien nunca describió exactamente la presencia de Sauron porque, al principio, podía modificar su apariencia (se convierte en serpiente, hombre lobo o incluso una bella criatura para seducir a otros). De hecho, lo único que sabemos de él antes de la versión del "ojo", a través de ligeras descripciones, cartas y demás, es que era ligeramente más grande que un humano normal (pero sin llegar a ser gigante), con ojos intimidantes y apariencia de representar la maldad absoluta. Ah, sí, Isildur recordaba que su mano era negra, y quemaba como el fuego.
Por supuesto, eso no ha parado a los fanáticos de la inteligencia artificial para decirle a Peter Jackson que no lo hizo bien en el prólogo de La comunidad del anillo, y que Sauron es de otra manera. Por llamar la atención, lo que sea: la idea de Jackson es tan buena como cualquier otra, dada la poca información que tenemos al respecto. La IA se lo imagina así, pero vete a saber qué prompt le habrán introducido.
Seguro que la mayoría recordáis a Sauron como ese ojo de fuego, y en este caso sí es fiel al libro, aunque Tolkien nunca deja claro si hay más cuerpo aparte del ojo o eso es todo lo que queda del malvado ser. En este caso es Frodo, mediante el Espejo de Galadriel, el que alcanza a ver un "ojo bordeado con fuego, pero que en sí mismo estaba vidriado, amarillo como el de un gato, vigilante y con propósito, y la apertura negra de su pupila abierta en un agujero, una ventana a la nada". Más que acertado Jackson, la verdad.