La IA imagina una videollamada entre las princesas Disney: Cenicienta nos perturba
Randy Meeks
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

Jugando con la maquinita a robar propiedad intelectual

Cuando un ejecutivo de Disney fue a ver una representación de Disney Sobre Hielo, se encontró de bruces con la sorpresa de que las niñas pequeñas iban disfrazadas de princesas... pero de manera totalmente genérica, ¡en lugar de vestirse de Cenicienta o Blancanieves! Había que ponerle solución, claro. En el año 2000, presentó una idea revolucionaria: Disney Princess, que juntaría a 8 princesas Disney para lanzar colecciones de merchandising conjuntas. El único que se oponía era el sobrino de Walt, Roy, que no quería ni ver en pintura este tipo de crossovers, con miedo a que las narrativas individuales perdieran fuerza. Ya sabéis de sobra qué es lo que pasó, ¿verdad?

Ralph rompe Internet
Ralph rompe Internet
Fecha de estreno 5 de diciembre de 2018 | 1h 53min
Dirigida por Rich Moore, Phil Johnston
Con John C. Reilly, Sarah Silverman, Bill Hader
Medios
3,6
Usuarios
4,1
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¿Lápiz y papel? ¿Teniendo una maquinita?

Desde el año 2000, la línea Disney Princess ha añadido 5 princesas más (Tiana, Rapunzel, Mérida, Vaiana y Raya), jubilando a Campanilla y Esmeralda. Juntas han aparecido en atracciones de parques, aparecido en una mítica escena de Ralph rompe Internet, hecho cameos en diversas series de televisión, protagonizado especiales de LEGO y hasta se han juntado, en la vida real, en la serie Érase una vez. Y todo nació de un simple movimiento estratégico para sacar más dinero a los chavales.

El concepto ha calado hondo. Tanto, que incluso la gente con un ordenador y un par de programas de inteligencia artificial cree que está en su derecho de copiar, aprovecharse de una propiedad intelectual ajena, hacer sus propios guiones mecánicos, crear animaciones "realistas" y, en general, demostrar por qué el trabajo de los creativos sigue siendo imprescindible y la IA es tan impresionante técnicamente como inútil sin una mente creativa realmente brillante detrás. Me atrevo a decir que con ella tampoco es que fuera a ser mucho mejor. Para ejemplo, esta llamada por Skype de las princesas Disney más cuestionable que otra cosa.

La IA ha estado en boca de todos esta semana cuando la nueva versión de ChatGPT ha demostrado que puede hacer versiones "al estilo Ghibli" (sea lo que sea eso, ¿es lo mismo Mi vecino Totoro que El cuento de la princesa Kaguya o Mis vecinos los Yamada?). Solo le falta tener una micra del carisma y el talento de Hayao Miyazaki o Isao Takahata en lugar de ser una fotocopiadora glorificada.

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