Hace justo tres años, coincidiendo con su 62 cumpleaños, Bono, el vocalista del grupo británico U2, anunció la publicación de sus primeras memorias. Surrender: 40 Songs, One Story, una autobiografía dedicada a repasar su vida a través de 40 canciones, desde su infancia en Dublín hasta su faceta activista actual, pasando, por supuesto por su experiencia como miembro de una de las bandas de rock más famosas de todo el mundo.
Con casi 600 páginas y repleto de ilustraciones realizadas por el artista, el libro de memorias llegó a las librerías pocos meses después y acabaría dando lugar a una gira limitada, Stories of Surrender: An Evening of Words, Music and Some Mischief..., en la que el artista podía representar esas historias de su vida a través de sus canciones en vivo y en directo.
Ahora, la gira Surrender se ha convertido en un propia película para Apple TV+: Bono: historias de Surrender, una reinvención del espectáculo del artista en la que el líder de U2 "nos deja ver entre bambalinas esa vida extraordinaria, mientras nos habla de la familia, los amigos y la fe que lo han sostenido y desafiado, revelando historias personales sobre su viaje como hijo, padre, esposo, activista y estrella del rock".
Dirigida por el director Andrew Dominik (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Blonde) y a través de imágenes inéditas de sus espectáculos en el Beacon Theatre de Nueva York, que acogió la mayor parte de la gira, en la película vemos al artista interpretando muchas de esas canciones icónicas de su vida.
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La película documental verá la luz este viernes 30 de mayo en la plataforma de 'streaming' Apple TV+, acompañada de una versión inmersiva de la película para Vision Pro que permitirá que los espectadores acompañen a Bono en el escenario. No obstante, unos días antes de su estreno el largometraje fue presentado en la recién finalizada edición del Festival de Cine de Cannes, en la que recibió una enorme ovación de 7 minutos y que permitió a SensaCine la oportunidad de hablar con el artista y preguntarle, entre muchas otras cosas, la pregunta con la que siempre saludaba su padre: "¿Algo extraño o sorprendente?".
¿Algo extraño o sorprendente hoy, Sr. Hewson?
Todo es extraño y sorprendente. Simplemente estar aquí en la alfombra roja es como "¿Cómo ha pasado esto?" Siento que estoy personificando a mi padre personificando a un tenor en el Teatro San Carlo en el final de la película, cuando voy a Nápoles, y no puedo creer que me dejaran cantar en este lugar tan sagrado. Y ahora estoy caminando por la alfombra roja y parezco el hombre que debería estar desplegando la alfombra roja, pero estoy personificando a un actor.
¿Por qué era importante convertir tu gira de libros en un documental?
Solo hicimos 20 noches. En el Beacon [Theatre] la gente tenía que viajar desde todos los lugares. En España solo hicimos una noche, así que eso no es muy democrático. El problema es que, una vez que llego a un lugar al que pienso "Ok, entonces hagamos una película" y me convenzo a mí mismo, luego me doy cuenta de que si vamos a hacer una película es una forma de arte completamente nueva. Así que ahora tenemos que encontrar a alguien que conozca esa forma de arte, Andrew Dominic, que pueda crear el lenguaje cinematográfico adecuado para esta pequeña ópera, porque eso es lo que es. Es una pequeña ópera, pero cada familia es una pequeña ópera.
¿Por qué tener estas dos experiencias diferentes al ver la película? Hemos vivido la experiencia en un cine convencional, pero también está la experiencia de Apple Vision. ¿En qué se diferencia?
Tenemos una especie de acceso al Laboratorio de Apple. Generalmente, si tienen nueva tecnología, la compartirán con la gente que conoce la empresa desde hace mucho tiempo. Y sí, tenemos que jugar con esta nueva tecnología, pero no es tan democrática todavía. Sé que no están contentos con el precio, porque sigue siendo muy caro y no creo que ganen dinero con ello, pero que aún quieran experimentar e innovar es alentador y estoy muy feliz de ser parte de eso.
Solías hacer giras con no sé cuántos camiones y ahora...
¡250 camiones! Y ahora tengo una mesa y cuatro sillas. Tres de las sillas representan a Edge, Adam y Larry -el resto de miembros de la banda- y una de ellas representa a mi querida esposa, Ally. La mesa y la silla se convierten en un quirófano, la mesa se convierte en una cama de hospital... Pero la mesa de la cocina es el centro de cada ópera moderna ¿no crees? La mesa de la cocina es donde realmente nos conocemos como familia. Y ciertamente en nuestra familia nos divertimos mucho. Diversión, al principio, en mis recuerdos con mi madre, y luego muchas discusiones. Tres hombres viviendo en una casa pequeña y uno de ellos era un dolor en el trasero. Ese era yo.
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No pensaba que yo fuera el dolor en el trasero, pensaba que mi padre era el dolor en el trasero. Pero interpretándolo noche tras noche aprendí no solo a amarlo, lo cual siempre hice, aprendí a que me gustase. Me hacía reír. Pero en la mesa de la cocina hablábamos de política y hablábamos de todas las cosas de las que se supone que no debes hablar. Religión, política... Aunque no hablábamos de sexo. Esa es la tercera cosa de la que no puedes hablar en Irlanda.
Has declarado que la intimidad es el nuevo punk rock. Entonces, ¿buscabas esta intimidad radical usando esta pequeña cantidad de escenografía?
Sí, eso es correcto, pero también en la intimidad que te brindan diferentes tecnologías. Si notas la música de Billie Eilish, la forma en que llega si la escuchas en el oído, no hay densidad, es mucho espacio. Es una maestra de esta nueva arquitectura acústica. Suena genial en un concierto, suena genial en un estéreo grande, pero en el oído es muy íntimo. Para estar en un teatro tienes que desarrollar un tipo de intimidad diferente a la de una arena o un estadio. Y luego, cuando estábamos haciendo Historias de Surrender experimentamos con el sonido, así que si la gente tiene la oportunidad de usar Atmos, notarás que es un poco inmersivo en sí mismo.
¿Por qué fue importante para ti cuestionarte sobre la hipocresía?
La hipocresía del corazón humano es infinita, y la mía en particular. Tienes una increíble habilidad para engañarte a ti mismo y los artistas tienen que tener mucho cuidado con ellos mismos. Porque así es como te engañan. Me encuentro en un lugar donde estoy en en el escenario cada noche y, si no eres sincero, la gente lo sabe. Andrew Dominic, nuestro director, me decía: "No te creo. No te creo. Repítelo. No te creo". ¿Quién fue quien dijo que el corazón es engañoso sobre todas las cosas? No estoy seguro de quién dijo eso. ¿Lo he dicho tres veces? Es mío. Pero ciertamente sé lo que es y soy un artista. Mis rasgos menos atractivos son el negocio del espectáculo, pero mi mejor don es que puedo ser fiel a una canción mientras la canto. Y si soy realmente bendecido, tengo la sensación de que la canción me canta.
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En contraste con el nombre de tu libro [Surrender: 40 Songs, One Story], a lo largo de esta película apenas escuchamos 13 temas. ¿Cuál fue el criterio para elegir estas canciones específicas?
Tenían que trabajar con la línea principal, tenían que impulsar la historia hacia adelante. Esa es realmente su utilidad. Y no que sean canciones conocidas. Por suerte, tenemos muchas canciones conocidas, pero son particulares para hablar sobre crecer en una Irlanda en una especie de guerra civil. Sabes que nuestro país estaba al borde de la guerra civil. Eran tiempos muy tensos. Entonces, una canción de paz, como 'Sunday Bloody Sunday', cuenta esa historia. Es absurdo, ¿no es así? Aquí estoy hablando de rendición y el mundo nunca ha estado más cerca de otro gran conflicto. Tenemos una gran guerra en Ucrania. Tenemos estos tiempos muy preocupantes. Y estoy aquí con esta bandera, esta bandera de rendición. Parece ridículo, lo sé, pero, aunque siga siendo ridículo, vale la pena explicar que la no violencia funcionó para nosotros en Irlanda. Es por eso que tenemos paz hoy y los paramilitares retrasaron eso. Solo lo retrasaron, pero para ser justos los paramilitares tuvieron la gracia y el coraje ellos mismos, en ambos lados, para dejar de usar sus armas. También ha habido eso en España. Así que estamos agradecidos a los pacificadores y o como dicen los Monty Python, "Benditos sean los queseros" Esa es la razón por la que 'Sunday Bloody Sunday' estaba allí, y por eso está 'Pride in the name of love', que es otra canción ridícula sobre la no violencia, pero creo que lo fue es un poco menos ridículo este año que el año pasado.