Clint Eastwood "llevó el mismo poncho, sin lavarlo nunca", en los tres westerns de 'La trilogía del dólar'
Randy Meeks
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

El Hombre Sin Nombre era también El Hombre Sin Baño: los rodajes de Sergio Leone tenían que apestar

A los 24 años, Clint Eastwood tuvo su primera gran oportunidad en el mundo audiovisual: el productor, Arthur Lubin, quedó impresionado con su estatura y su físico... a pesar de que le consideraba un actor pésimo. Fue a clases de actuación semanales, firmó su primer contrato y empezó a ir a castings donde conseguía papeles secundarios. Todo eso cambió en 1959, cuando consiguió el papel del co-protagonista en la serie del Oeste Rawhide (Látigo): Eastwood odiaba a su personaje, Rowdy Yates, pero le dio una fama más allá de toda comprensión. Pero al finalizar los 217 episodios, es cuando empezaron sus dudas. Y ahora, ¿qué?

Por un puñado de dólares
Por un puñado de dólares
Fecha de estreno 27 de septiembre de 1965 | 1h 39min
Dirigida por Sergio Leone
Con Clint Eastwood, Gian Maria Volontè, Marianne Koch
Usuarios
3,8
Ver en FlixOlé

Tirurirurí, wa wa wa

Eastwood quería evolucionar como fuera: su carrera en el cine se había parado en seco desde el inicio de Rawhide y no quería permanecer encasillado. Pero, paradójicamente, quien le salvó fue... su propio compañero de reparto en la serie, Eric Fleming, que rechazó un papel en un nuevo spaghetti western dirigido por Sergio Leone, pero recomendó a Eastwood, sabiendo que haría muy bien del personaje. La película se llamaba Por un puñado de dólares, y el resto ya os lo sabéis.

No es que Leone estuviera impresionadísimo con Eastwood. De hecho, consideraba que solo tenía dos expresiones faciales: "con el sombrero y sin el sombrero". Eastwood acabó convirtiéndose en una pieza clave de la "trilogía del dólar", y se metió tanto en su personaje, El Hombre Sin Nombre (aunque tenía nombre en todas ellas, pero bueno, ese es otro cantar), que llegó a llevar el mismo poncho en todos los rodajes, sin limpiar ni lavar una sola vez. Le daba carácter, al fin y al cabo.

La jugada le salió bien: Eastwood utilizó el dinero que ganó haciendo esta trilogía en fundar su propia productora, Malpaso, que a partir de ese momento financiaría sus películas, incluyendo el debut como director en 1971, Escalofrío en la noche, que demostró que era mucho más que un simple actor de western. Hoy, a los 95 años, sigue sin querer retirarse. Y, sinceramente, ojalá siga así muchos años más.

FBwhatsapp facebook Tweet
Links relacionados