Cuando Steven Spielberg decidió volver a Parque Jurásico con su primera secuela, El mundo perdido, nadie imaginaba que, en realidad, habíamos visto muy pocos dinosaurios en aquella primera parte en comparación con lo que estábamos a punto de ver. En aquel momento, el equipo de efectos especiales iba a por "más dinosaurios y más acción con dinosaurios. Más, más grande, mejor", según ellos mismos. Si consiguieron su objetivo o no, queda a la interpretación de cada cual. Solo hay una cosa clara: en la primera parte, los dinosaurios... brillaban por su ausencia.
Jurassic Town
Puede que Parque Jurásico fuera la última vez en la historia del cine en la que los actores podían reaccionar ante lo que estaban viendo en lugar de hacerlo frente a una pantalla verde. Laura Dern, en particular, no podía creerse, por ejemplo, que tuviera un tricerátops justo delante: "Es una de las cosas más bonitas que he visto. No estaba tan cómoda con el ráptor. Debido a los muñecos, sentías que estabas ahí, con admiración o terror".
Sin embargo, a lo largo de las dos horas y siete minutos de la película, los dinosaurios en sí solo salen aproximadamente 15 minutos, pero son tan increíbles que a todos nos da la impresión de que es muchísimo más tiempo. Tal y como afirma el encargado de animatronics, "Crees que estás viendo dinosaurios todo el rato, pero realmente no es así. Cuando lo haces, son de la mejor calidad y excelentes". Vaya que sí.
En realidad, a Spielberg esto no le pillaba de nuevas: ya hizo el mismo truco en Tiburón donde, de hecho, vemos al escualo muy pocas veces. Salen más minutos de dinosaurios en Parque Jurásico, de hecho, que del tiburón en, bueno, Tiburón. Cronometra la próxima vez que lo veas, porque te vas a quedar de piedra. Prometido.