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    Ya hemos visto 'Thor'... ¡y te la contamos!

    El Dios del Trueno ya tiene película... y la ha dirigido Kenneth Branagh. Una action movie en toda regla que reivindica el espectáculo vacuo con un poso dramático que pretende ser un Rey Lear contemporáneo. Vaya, una cuchufleta la mar de divertida.

    Cuando se supo que el actor y realizador británico Kenneth Branagh iba a ser el responsable de llevar a la gran pantalla las aventuras del icónico héroe de la Marvel fueron muchas las suspicacias que se desataron. ¿Que hacía el director shakespeariano por antonomasia (post-Laurence Olivier, post-Orson Welles y post-Akira Kurosawa, se entiende) filmando las aventuras de un Dios mitológico armado con un martillo gigante? Pues bien, una vez vista la película, podemos asegurar que la elección de Branagh es, probablemente, lo mejor de una cinta que pese a toda su pirotecnia kitsch nos ha parecido bastante decepcionante. Vamos con ello.

    Empecemos recordando que Branagh, al fin y al cabo, ya salió vencedor de los excesos neo-góticos de 'Frankenstein (Mary Shelley's Frankenstein)' y de las libérrimas piruetas estilística de 'Trabajos de amor perdidos (Love's Labour's Lost)'. De ahí su acierto al dotar al material de base de un poso trágico basado en el amor/odio que sienten entre sí los protagonistas: un padre (Odin / Hopkins) que desprecia y destierra -con razón- a su hijo (Thor / Hemsworth), un hermano adoptivo celoso del amor paterno (Loki / Hiddleston), una historia de amor interplanetaria (Thor con Jane Foster / Natalie Portman)... todas ellas sirven al director para crear un sofrito de referencias trágicas donde desatar las intergalácticas luchas de dioses medievales vestidos a modo de carnaval de Río de Janeiro en clave cyber-punk.

    El problema, claro, parte de una historia que no tiene ni pies ni cabeza. Y es que 'Thor' es un relato comprimido al máximo -desarrolla dos historias convergentes en dos planetas distintos: La Tierra y Asgarth- que intenta poseer todos los elementos posibles de todos los géneros imaginables (ciencia-ficción, thriller, drama, comedia, bélica...): una historia de redención, una batalla de rabia ancestral, una historia de amor, otra historia de paranoia gubernamental... vaya, que dos horas se nos hacen cortas para poder explicar todo lo que la película desea, y también se nos hacen largas tras comprobar el sinsentido que, mayormente, puebla el entramado de la cinta.

    Branagh cubre las carencias del guión con una realización oficiosa y un excelente reparto (si obviamos a su principal protagonista, un cruce entre el Schwarzenegger de 'Conan el bárbaro (Conan the Barbarian)', un luchador de wrestling y un participante de "Supermodelo") que, además juega con todos los guiños propios de las películas-Marvel: cameo de Stan Lee, presencias mínimas de Nick Fury y Hawkeye (Jeremy Renner), guiños a otras películas de la saga (preparando el estreno de 'Los vengadores (The Avengers)' el año que viene) y una alta dosis de acción punitiva en un decorado que recuerda, y mucho, a la ópera pop 'Flash Gordon' (aunque el ritmo de la película nos recuerde más a un episodio de los 'Power Rangers').

    La película se estrenará con algunas copias en 3D. Desaconsejamos vívamente esta opción: 'Thor' fue realizada en 2D y el acabado digital tridimensional le ha sido conferido en un laboratorio a posteriori -como el de, por ejemplo, 'Furia de titanes (Clash of the Titans)'-; por lo que la calidad de la imagen 3D es irregular y de escaso servicio a una historia que no precisaba de un mayor barroquismo estético (ya lo es por sí sola).

    Daniel Villarraso

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