"Hay personas que modifican el rumbo de nuestras vidas. Elías es parte fundamental e imprescindible de la mía. Mi cariño y gratitud, siempre". Con estas emotivas palabras se despedía por twitter Montxo Armendáriz de Elias Querejeta, productor, cineasta, guionista, hombre de cine, en definitiva, y una de las grandes figuras de nuestra cinematografía, fallecido a las 6:00 de la mañana de hoy domingo 9 de junio en su casa de Madrid. Tenía 78 años y un lugar de honor en las artes de nuestro país.
El legado de Querejeta (Hernani, 1934) es fundamental para comprender el auge del cine de autor en España. Gracias a él creció una generación de cineastas imprescindibles como Carlos Saura, Victor Erice, Jaime Chávarri o el propio Armendáriz; mientras que también apoyó a nombres populares como Emilio Martínez Lázaro, Fernando León o su hija Gracia Querejeta -quien acaba de estrenar este pasado viernes su último trabajo, 15 años y un día-. Sin embargo, su aterrizaje en el mundo del cine fue casual. A Querejeta le movía el fútbol. Y con apenas 18 años debutó en la Real Sociedad, equipo en el que ya destacó cuando marcó un gol al Real Madrid de Di Stefano en 1955. Poco después se mudaría a Madrid para montar su productora de cine, con la cual dirigiría los cortos A través de San Sebastián y A través del fútbol, codirigidos con Antonio Eceiza.
En Madrid también conocería a quien sería uno de sus grandes compañeros profesionales, Carlos Saura. Su relación ha dejado obras capitales del cine español, desde La caza (premio a la mejor dirección en el Festival de Berlín en 1965), Peppermint frappé (1967), premiada también en Berlín, Stress es tres, tres (1968), La madriguera (1969), El jardín de las delicias (1970), Ana y los lobos (1972), La prima Angélica (1973) Cría cuervos (1975) -ambas galardonadas con el Premio del Jurado en Cannes-, Elisa, vida mía (1977), Los ojos vendados (1978), Mamá cumple cien años (1979), Deprisa, deprisa (1980), también galardonada en la Berlinale, y Dulces horas (1981).
Además de Saura, Querejeta también estuvo detrás de la producción de un buen puñado de películas sin las cuales el cine español no se puede comprender: El desencanto (1976), de Jaime Chávarri, la brutal crónica del hundimiento de la familia Panero; y los dos grandes largometrajes de Erice, El espíritu de la colmena (1973) y El sur (1983). Esa última película provocó la ruptura entre Erice y Querejeta por diferencias profesionales, pues para el director el rodaje no finalizó y la obra que se estrenó es el montaje del propio Querejeta. En su dilatada carrera, también produjo a Armendáriz -Tasio (1984), 27 horas (1986), Las cartas de Alou (1990) e Historias del Kronen (1995)-; a Fernando León -Familia (1997), Barrio (1998) y Los lunes al sol (2001)- y a su hija Gracia.
En 1986 Querejeta recibió el premio Nacional de Cine. En 1998, la Medalla de Oro de la Academia de Cine. En las últimas semanas, según una información de El País, circulaba una iniciativa para que el productor recibiera el premio Príncipe de Asturias de las Artes. Quizá póstumamente. Descanse en paz.
Paula Arantzazu Ruiz