Por temor a la opinión que podía provocar la película en los espectadores, Warner Bros. lanzó un tráiler con una duración de poco más de un minuto y medio. Pese a que el avance era muy breve, en la primera proyección el público lo ovacionó en pie. Tanto fue el revuelo que ocasionó que la gente llegaba a pagar una entrada de cine sólo para verlo en la gran pantalla.