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    Entrevista a Javier Muñoz, director de 'Sicarivs, la noche y el silencio'

    El primer largometraje dirigido por Muñoz llega a las pantallas de cine españolas este viernes 15 de mayo.

    Este viernes 15 de mayo llega a los cines de toda España el primer largometraje de Javier MuñozSicarivs, La noche y el silencio. Esta cinta sigue a Víctor Clavijo en el papel de un asesino a sueldo que tras no ser capaz de terminar un encargo se ve obligado a buscar a los que se lo ordenaron para así salvar su vida. En SensaCine hemos tenido la oportunidad de hablar con el director de la cinta acerca de esta primera incursión en celucoide.

    ¿Por qué decidiste a llevar a cabo una historia sobre un asesino a sueldo?

    Quería contar una historia de género y hay muchos personajes que suelen pulular por el cine negro, pero normalmente suelen estar a un lado u otro de la ley. A mí siempre me gustan los que están fuera de ella y un asesino a sueldo encajaba bastante bien en la historia qué quería contar, cómo quería contarla y dónde quería hacerlo. 

    ¿Cómo te has sentido en esta primera experiencia como director?

    Lo he vivido muy intensamente, porque soy muy obsesivo con mis historias. Además era mi debut como director, una oportunidad que no quise desaprovechar. He trabajado mucho, empecé meses antes con la planificación, y los castings. Creo que soy el único director español que ha hecho casting a la figuración porque quería que toda persona que apareciera en pantalla tuviera una justificación y estuviera acorde con el escenario que yo había planteado. En el rodaje trabajé las 24 horas dando el 120% porque era la oportunidad. 

    ¿Consideras que la has aprovechado? ¿Has cumplido tus objetivos personales?

    Creo que sí, eso ya lo tienen que decir el público y los críticos, pero yo estoy muy satisfecho con el resultado obtenido. Llega un momento en el que pierdes un poco la percepción, con los procesos de montaje, de talonaje, la mezcla... ves tu cinta 70 veces y pierdes un poco la perspectiva. Lo bueno es que desde que terminas la película hasta que se estrena suele pasar un tiempo y eso te sirve para que tanto la cinta como tú tengáis un poso, y te vuelvas a enfrentar a ella con otra perspectiva. En estos pases de promoción que estamos haciendo la estoy redescubriendo. Siempre hay planos que digo: 'La tenía que haber hecho de otra manera'; pero estoy muy satisfecho. 

    ¿Cuánto hay de verdad sobre los asesinos a sueldo en la cinta?

    La verdad es la que pone en la página web del Cuerpo Nacional de Policía, no me metí en ningún sitio extraño. Cuando empecé a hacer el guion la consulté y cuando comencé la preproducción la volví a consultar por si habían cambiado algo, y no. Desaparece mucha gente en este país, aparecen a los 3 días por diferentes circunstancias, pero alrededor de 1000 personas no aparecen cada año, está claro que muchos se marchan al extranjero sin familia y sin amigos y no dicen nada. Pero hay otros que desaparecen sospechosamente, algunos hacen ruido mediático, sobre todo si son niños o jóvenes, pero hay muchas otros de los que no se vuelve a saber nada. Planteo que mi sicario es el causante de unas cuantas. 

    El guion lo leyó un policía que ha trabajado atrapando sicarios y me contó bastante sobre el modus operandi, de qué manera se les suele contratar, algunas veces de la forma más absurda que te puedas imaginar. No me influenció, lo único que hizo fue leerlo y darme el visto bueno: 'Esto sí pasa en España, no estás contando ninguna milonga'. Esto fue lo que me dio la tranquilidad de rodar la película. 

    ¿Por qué elegiste a Víctor Clavijo como protagonista?

    Porque da el físico que buscaba para mi protagonista. Quería un sicario español, que no fuera musculoso, que le veas entrar en un bar y no pienses que es alguien que te puede matar, sino que es alguien que solo va a tomar una cerveza. La secuencia donde queda muy definida la personalidad de mi protagonista es cuando entra en el bar buscando información, es un tío normal que va a tomar algo y de pronto se convierte en un tío muy chungo al que mejor no le lleves la contraria porque te saca algo muy peligroso del bolsillo. Esa dualidad me la dio desde el primer casting que le hice. 

    Otra cosa fundamental, es la voz en off que nos acompaña. Esta tenía que ser una voz que transmitiera mucho, no podía ser una voz omnipotente como si estuviera hablando Dios. Con este recurso el sicario habla al espectador de tal forma que el espectador se siente individualizado, y eso la voz de Víctor lo consigue maravillosamente. 

    ¿Por qué decidiste incluir la voz en off como narrador de la película?

    Porque si no lo hubiera hecho la cinta sería sobre un tío pegando tiros, pero de esta manera es un tío pegando tiros, pero te cuenta por qué lo hace o por qué no o por qué antes no lo ha hecho pero ahora sí. Te cuenta qué está buscando y además él lo dice: 'No trato de justificarme, no estoy haciendo una justicia poética, aunque puede parecer que sí'; pero ni justicia poética ni social -porque se carga a los corruptos-, sino que es una justicia para sí mismo. Él rompe la regla de oro del sicario que es que sino haces el encargo tienes que poner todo en orden. Tiene que hacer justicia consigo mismo a través de la justicia que hace matando a todos esos personajes. 

    Durante la cinta hay una escena en blanco y negro que se repite en la que vemos como su mentor le explica las reglas de esta profesión... 

    Esa escena es un poco onírica. Puede haber sido así o puede que él la intérprete de esa manera de sus años de juventud cuando empezó a ser sicario. Pero todos tenemos siempre marcado a alguien que nos ha enseñado, bien sea la profesión o el típico maestro tipo Robin Williams en El club de los poetas muertos. El mentor siempre marca, y la historia del cine está llena de mentores y alumnos, hasta el más actual como pueden ser los Jedis y los Padawans. 

    El mentor le está dando consejos sobre cómo ser un asesino a sueldo, no es sobre cómo pintar o hacer jardinería, entonces tenía que ser diferente. Por eso es en blanco y negro, al mentor casi no le vemos la cara, muevo mucho la cámara a su alrededor buscando siempre ese halo misterioso del humo. Quiero transmitir que es su mentor pero que le está contando cosas muy diferentes a las que suele contar un mentor. 

    En la cinta transmites que los asesinos están entre nosotros, ¿quieres hacernos ver qué vivimos engañados e ignorantes del mundo que nos rodea?

    Claro, vivimos engañados porque queremos estarlo. Cuando una persona mata a otra siempre entrevistan a la típica vecina o vecino que dicen: 'Si era un chico maravilloso, siempre me daba los buenos días'. Creemos que teniendo unas reglas básicas de educación estamos libres de todo mal, o que esto solo sucede en Estados Unidos. Pensamos que los norteamericano que tienen cincuenta mil armas cada uno son todos unos psicópatas y unos asesinos. En España pones el telediario y hay asesinatos todos los días, quizás somos más viscerales y los asesinatos suelen ser más por arrebatos, pero también existen los fríos y calculados. 

    ¿En qué cine te has inspirado para llevar a cabo esta cinta?

    Mi inspiración viene del cine americano porque es donde más se ha manejado este género, pero creo que en España también se hace buen género negro pero no se le da continuidad, cada película que se hace, y espero que Sicarivs sea una de ellas, tiene éxito de taquilla y de crítica, desde El Crack hace más de 30 años hasta No habrá paz para los malvados, La isla mínima Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Lo que pasa es que existe cierto miedo por parte de los productores a apostar más por este género, pero creo que si al cabo del año se hicieran 4 o 5 películas como Sicarivs podríamos acostumbrar a la gente a que en España se puede hacer un género negro que, bebiendo de las fuentes del cine negro americano, se puede trasladar aquí perfectamente. Lo digo siempre, la historia de Sicarivs es universal, pero si tengo que hacer el 'remake' en Estados Unidos, tendría bastantes problemas para encontrar los escenarios adecuados, el 'puti-club' de carretera es muy nuestro. 

    La cinta también hace una crítica hacia la sociedad y concreto hacia la corrupción...

    El género negro siempre ha destapado lo más oscuro y corrupto de la sociedad. Lo que ocurre es que hace 50 o 60 años no había un periodismo de investigación que hay ahora donde los casos de corrupción llenan los telediarios todos los días. Pero el hecho de que haya un periodismo así no significa que el cine o la literatura tengan que renunciar a mostrar todo eso. Únicamente estoy llevando a la ficción noticias que de vez en cuando aparecen en los telediarios. Entonces en la televisión nos encontramos a un presunto culpable contando cantidades ingentes de dinero, y eso es lo que muestro. 

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