La película dirigida por Oliver Stone, con guion de Tarantino, inspiró a la pareja compuesta por Sarah Edmonson y Benjamin Darras para que emprendiesen su propio camino de crímenes. Sarah y Ben tomaron LSD y vieron la película en repetidas ocasiones antes de disparar a un dependiente que quedó tetrapléjico y a un hombre de negocios de Mississippi. Edmonson fue sentenciada a 35 años de cárcel, mientras que Darras tiene cadena perpetua.