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    Woody Allen ('Irrational Man'): "Nunca me he fumado un porro"

    Joaquin Phoenix, Emma Stone y Parker Posey encabezan la última película del director de Brooklyn. Estreno este viernes 25.

    Irrational Man de Woody Allen -que se estrena este viernes 25 de septiembre con Joaquin Phoenix, Emma Stone y Parker Posey en el reparto- viene a ser el enésimo de sus dramas, una exploración de aspecto frívolo pero de corazón trágico en torno a la jusitica poética y los placeres homicidas. En todo caso, Woody Allen nunca pierde el sentido del humor. Aquí, en esta entrevista, nos cuenta sus propias fantasías y nos habla de la “intensidad” de Joaquin Phoenix… entre otras muchas cosas.

    El público le asocia generalmente con la comedia, pero sus dramas son igual de importantes en su filmografía. ¿Dónde encajaría Irrational Man?

    Es una película que nace como una comedia pero pronto me veo más tentado por conducirla hacia el sentido dramático. Me gusta saltar de un registro al otro, y en esta película en particular al final se impuso el drama. Pero nunca tengo una agenda programada de qué voy a hacer a continuación, no hay un significado oculto en ello. Tengo la idea y voy a por ello. Soy feliz simplemente con tener la idea. Y si la próxima idea para una película fuera otro concepto dramático, aunque no es el caso, también lo haría.

    Lo cierto es que no es la primera vez que combina el humor con el asesinato… También en Delitos y faltas lo hizo, aunque menos en Match Point

    La culpa es probablemente de Dostoievski…

    En Irrational Man, como en esas dos películas, también se hace eco de Crimen y castigo.

    Para mí es lo más natural. De todos los rusos, Dostoievski es el primero que leí. Crimen y castigo fue esencial para mí, y Memorias del subsuelo fue uno de los grandes descubrimientos de mi vida. Mi interés en filosofía se despertó cuando tenía 20 años. Fue entonces cuando descubrí cómo la filosofía aparecía en Dostoievski, y también en Kafka, y por entonces en las películas de Bergman. Esto era muy evidente en Dostoievski; tanto, que se convirtió en un verdadero interés para mí.

    ¿Qué cree que aporta Irrational Man a su filmografía?

    No lo sé. Lo cierto es que detesto mis películas. Nunca vuelvo a verlas porque solo vería catástrofes. Creo que esta vez estaba sobre todo interesado en la pulsión puramente estética del asesinato. Creo que esa estética y el factor riesgo es de hecho lo que realmente empuja al protagonista, este profesor de Filosofía que ha tocado fondo en su vida, a pasar a la acción. Todos hemos fantaseado alguna vez con el asesinato perfecto.

    ¿Detesta todas sus películas?

    Sí. No puedo verlas. La única vez que he tenido un sentimiento general positivo tras terminar una película fue con Match Point. Se dieron las circunstancias adecuadas y creo que tuve mucha suerte con esa película. El resultado se acercó mucho a lo que había concebido al principio. Pero nunca la volví a ver porque estoy seguro de que me llevaría una enorme decepción.

    ¿Entonces se sintió decepcionado al terminar Irrational Man?

    Sí, me sentí como siempre. Pero fue un rodaje estupendo, muy divertido, y los actores me lo pusieron verdaderamente fácil…

    ¿Cómo fue trabajar con Joaquin Phoenix?

    Suelo escribir los papeles con un actor en mente, pero esta vez no lo tenía en la cabeza. Terminé la historia porque pensé que era una buena idea. Fue Juilet Taylor quien me sugirió a Joaquin, y en cuanto lo dijo, ya no pude pensar en nada más. Es un tipo muy dulce, muy amable, nadie diría que tiene una mente torturada, tan complicada…

    ¿Es tan "intenso" como dicen?

    Sí lo es. Hasta la frase "pásame la sal" suena a Hamlet en su boca. Cada toma de la película, él preguntaba si estaba bien, si hacía otra. Es muy inseguro. Y tiene tanto talento… De forma natural, aquí sentado, ya sería el personaje, no tiene que hacer nada. Todo ese tormento en el interior del personaje ya lo lleva incorporado en el rostro, en su cuerpo. Y aún, fue una persona muy dulce y amable conmigo, con todo el equipo, y muy profesional, siempre se sabía sus líneas. Pero ves que está sufriendo aunque no haya nada por lo que sufrir.

    ¿Siente que a medida que pasa el tiempo se está volviendo más optimista o más pesimista?

    Mi pesimismo es crónico. En eso nada ha cambiado. Mi pesimismo era tan profundo hace 40 años que ya no podía llegar más lejos. Siempre he tenido una visión muy oscura de la vida, de la gente, y todavía la tengo.

    Como el protagonista de Irrational Man, ¿usted también ha fantaseado con matar a alguien?

    Desde luego. Constantemente. Pero si matara a todas las personas a las que quiero matar, si consumara mis impulsos asesinos, me quedaría solo en el mundo. Pero no tengo el coraje de matar a nadie. Yo soy un tipo mediocre y cobarde que no sale de su habitación. No me dejo arrastrar por las tentaciones… Nunca me he fumado un porro, por ejemplo.

    ¿Nunca le han interesado las drogas?

    No, nunca he tenido curiosidad hacia ellas. Me dicen que yo debo ser curioso porque soy un creador y hago películas y blablabla… pero no, no soy un tipo con curiosidad por las cosas. No me gusta viajar. Si me mujer me dejara, yo no saldría de un radio de 20 manzanas de mi casa. Nunca he tenido curiosidad por experimentar con el sexo, con las drogas...

    ¿Ni siquiera en los años 60, en la bohemia del Greenwich Village?

    No, y eso que estaba en todo el meollo. Era un cómico de cabaret, y después de un concierto, se montaba la fiesta con todos estos cómicos y músicos… pero no sé por qué, a mí nunca me tentó la droga. La mayoría de la gente con la que me rodeaba lo probaron todo, y eran personas que me doblaban en edad, porque eran sobre todo músicos de jazz y folk. Yo tenía 30 años y ellos 60, y querían probar el LSD, la cocaína, pero a mí eso nunca me interesó…

    ¿Ni siquiera una copa de vino?

    Bueno, me aficioné al vino hace muchos años. Bebía cada día y un día me levanté y no podía tragar. Y el médico me dijo que no debía beber vino porque me provoca espasmos en el esófago. Así que eso fue el fin del vino para mí. Y debo decir que me gustaba.

    Todos estos años de psicoanálisis, ¿de qué manera cree que han afectado a su creatividad, a su imaginación?

    Bueno, ha afectado, pero no necesariamente de forma negativa. La gente tiende a pensar que el psicoanálisis anula tu imaginación, pero es más bien lo contrario. El psicoanálisis te libera, cuando funciona, claro. Te da incluso una cierta libertad. Entras en la habitación a trabajar y no te detienes en asuntos triviales, no te obsesionas con cosas que no puedes controlar, así que para mí ha sido una ayuda.

    ¿Pero la idea de vivir sus fantasías es un impulso creativo para usted?

    Creo que sí, que tiene un componente creativo. Todos los escritores de novelas de misterio, Alfred Hitchock… todos se acostaban por la noche imaginando el crimen perfecto. Desde el punto de vista estético, yo he fantaseado en algún momento con la idea de entrar en una frutería con una jeringuilla llena de veneno y pinchar todas las naranjas. Pero llegas a la conclusión de que no sería justo. Mataría a mucha gente, probablemente nunca me atraparían, pero la regla del crimen perfecto es que conozcas a la víctima, que sepas a quién vas a matar. Matar a extraños lo puede hacer cualquiera.

    ¿Cómo va con la serie de televisión?

    Está siendo una pesadilla. Yo no quería hacerlo pero Amazon insistió tanto y la oferta era tan jugosa que no podía rechazar. Me han dejado trabajar en completa libertad pero pronto descubrí que no iba a ser fácil. Estoy luchando y luchando. No sé cómo va a salir. Aún tengo tiempo hasta finales de 2016. Espero no avergonzarme a mí mismo, que no decepcione a la gente que está entusiasmada con esto. Pero no estoy disfrutando ni un momento del proceso.

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