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    Félix Viscarret y Carlos Saura: “Saura(S) está entre el reportaje sobre una familia y una invención del propio director”

    Se estrena el documental sobre el director de 'Cría Cuervos' o 'Deprisa, deprisa' incluido en la serie 'Cineastas contados'

    Es probable que Félix Viscarret (1975) no haya filmado el documental definitivo sobre Carlos Saura (1932), pero Saura(S), su retrato sobre el director de obras clave del cine español como Cría cuervos, La prima Angélica, Deprisa, deprisa, ¡Ay, Carmela!, Salomé o Fados, es una aproximación inesperada y que enseña más de lo que parece sobre la personalidad de este cineasta único.

    Primero porque en su estrategia narrativa se ayuda de los siete hijos del cineasta con el fin de poder plasmar ese perfil polifacético de Saura, y segundo porque su retrato ahonda más en el hombre que en el profesional. Algo poco habitual en un documental sobre el mundo del cine. SensaCine ha hablado con el tándem creativo de Saura(S).

    Félix, ¿en qué momento y por qué se te ocurrió poner en marcha esta estructura de que fueran los hijos los que explicaran al padre en tu retrato de Carlos Saura?

    Félix Viscarret– Cuando ume propusieron este proyecto, que se propone hacer películas documentales muy libres con el fin de recuperar y poner en perspepectiva para las generaciones más jóvenes todos los logros y la obra de esos directores de los que tanto hemos aprendido, enseguida me doy cuenta de que me apetece mucho acercarme a la figura de Carlos Saura, porque conozco muy bien su cine pero no a él. Es una figura que me despierta muchas dudas, sobre todo saber cómo alguien ha podido tener esa carrera profesional incansable, de más de 40 películas, todo ese reconocimiento internacional, además de tener un pie en la fotografía, la pintura, y al mismo tiempo ser padre de siete hijos de generaciones muy diferentes… ¿Cómo ha establecido el equilibrio? También enseguida  me doy cuenta de que al haber ya otros documentales y estudios previos sobre el cineasta y su obra, esta aproximación conecta más conmigo. También está muy en relación con la idea de la serie de Cineastas contados, porque uno de sus objetivos es ser una reflexión sobre el legado que pasamos a las generaciones siguientes.

    Carlos, ser de repente el centro de atención y que tus hijos hablen de ti, ¿te gustaba o te ponía nervioso?

    Carlos Saura– En absoluto me ponía nervioso. Lo que me da más miedo es la cuestión del legado, que decía ahora Félix. Legado, ¿de qué? Pero volviendo a la pregunta: la idea de Félix me parecía muy interesante. Lo que me sorprendió mucho más es que mis hijos aceptaran. Yo dije que sí, porque Félix es un seductor y me sedujo de inmediato. Pero que todos mis hijos aceptaran…, pensé que alguno diría que no porque son un poco como yo: algo reacios a hablar de la familia. 

    F. V. – Es algo que decían mucho Carlos y su hija Ana: “Inténtalo pero va a ser difícil. Aquí cada uno es muy independiente, muy individualista…”. Sin embargo, en cuanto me reuní con ellos y les expliqué con calma cuál era la intención del documental y lo que pretendíamos, todos me dijeron que sí a la primera.

    ¿Tanto miedo te da la cuestión del legado, Carlos? 

    C. S. – La cantidad de papeles que hay en mi casa –documentos, cosas que se guardan, que están ahí que yo no sé para qué…–, no es que me de miedo, es que… Está muy bien guardado y para mí sería ideal que se todo eso se quedara ahí y no apareciera nunca más.

    Doble Sentido

    En 'Saura(S)', las evasivas de Carlos a responder algunas de tus preguntas son notables. ¿Cómo te tomaste esto de ‘lanzar balones fuera’?

    F. V. – Al principio pensé que la película estaba condenada al fracaso. Pensaba que si había determinados temas que quería afrontar y que Carlos se estaba saliendo por peteneras, por la tangente..., pensaba que el proyecto iba a ser un desastre. Y de esa angustia, pues, bueno, como todo proyecto es un reto y tienes que saber sobreponerte a los problemas del reto, acabamos encontrando la solución. Fue el propio Carlos quien, de una forma indirecta, me animó a incluir todo ese proceso y esas dificultades de retratar al maestro, de desenmascarar el misterio… 

    De hecho, ya desde el arranque dejas claro las dificultades con las que te encontraste a la hora de retratar al Saura más íntimo.

    F.V.– Así es. Ahora Carlos no para de decir “¡qué buena idea tuviste al hacer que otra capa de la película fuera el proceso de hacer la película!” pero esa idea no fue mía. Fue de Carlos, que durante el rodaje continuamente estaba rompiendo la cuarta pared: dirigiéndose a mí, incluyéndome a mí en las conversaciones, haciéndome bromas sobre el propio proceso de hacer la película…

    En el documental te muestras como una persona esquiva, pero también sorprende tu franqueza a la hora de exponerte delante de la cámara.   

    C. S. – Ya sabes que tengo la teoría de que esta es una película de ficción que Félix se ha inventado por completo, así que nosotros solo somos actores que estamos interpretando. Estamos en ese equilibrio entre el reportaje sobre una familia y una invención en la que el propio autor se integra en la película.

    F. V. – Hay un acto  de generosidad por parte de Carlos de prestarse con esa franqueza a algo que luego va a ser montado por otro realizador, que le va a dar una estructura y construir un relato. Es decir, que va a seleccionar unos temas y va a dejar otros fuera.

    C. S. – Pero eso es lo que hace interesante este documental, creo. El hecho de que él intervenga le da una dimensión diferente, ya que está a la vez dentro y fuera. A mí no me parece un documental. Pero claro, se han empeñado en establecer barreras entre ficción, documental, cine social, thrillers... Es una cosa absurda la obsesión de compartimentar las cosas.

    F. V. – Y de hecho, creo que en este documental se ve que lo más interesante de hacer cine nunca es el planteamiento que uno lleva a priori, mi propuesta en este caso, si no donde te lleva la vida, que aquí ayudó a que la película ganara en profundidad.

    Félix es un tipo muy simpático, es un buen amigo. Y para mí eso lo más importante, también en el cine.
    Carlos me ha enseñado esa visión vitalista del presente: a centrarme en el aquí y el ahora.

    Otro de los temas que aparecen en 'Saura(S)' es el de los modelos de paternidad que se ponen en escena: el de Carlos Saura, junto a sus siete hijos pero también como figura totémica del cine español, y tu manera de entender esta experiencia.

    F. V. – También es uno de los temas sobre los que pretendía reflexionar. Cuando alguien ha hecho más de 40 películas pero ha tenido siete hijos de cuatro relaciones distintas y ha conseguido dar unidad a todo eso..., pues para mí era un misterio. Un enigma. ¿Cómo establecía el equilibrio entre su trabajo, su vocación, y su familia? Pero también surgió la pregunta de cómo yo, y cualquier mortal en todo caso, podemos tratar de establecer esos equilibrios entre nuestras vocaciones y familias con más o menos éxito. Él ha podido encontrar esa balanza, y yo tengo otra visión, pero creo que era importante que el espectador se diera cuenta de las diferencias, y que nada es ni mejor ni peor, que nada garantiza nada y que de cualquier experiencia se aprende.

    ¿Qué habéis aprendido el uno del otro tras esa intimidad lograda en Saura(S)?  

    C. S. – Yo he aprendido que Félix es un tipo muy simpático, es un buen amigo. Para mí eso lo más importante, también en el cine. Me he encontrado con una persona muy maja, muy amable. 

    F. V. – Yo he aprendido muchísimas cosas: a disfrutar de los rodajes, de los proyectos, más bien, con ganas de juego, aventura y riesgo. A no ir siempre con una idea preconcebida. Carlos también me ha enseñado esa visión vitalista del presente: a centrarme en el aquí y el ahora. Es algo que ahora está de moda a través de muchas escuelas de meditación, pero en nuestro país tenemos a Carlos Saura, un ejemplo de vitalismo anclado en el presente.

     

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