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    Apichatpong Weerasethakul: “No hay muchas diferencias entre estar viendo una película y soñar”

    El director tailandés, objeto de una retrospectiva en Madrid en el festival Spain Moving Images, se encuentra preparando ‘Memoria’, con Tilda Swinton.

    Apichatpong Weerasethakul (Bangkok, 1970) es uno de los autores cinematográficos más reputados del panorama internacional, aunque todavía sigue siendo algo desconocido en la cartelera española, donde se han estrenado, eso sí, dos cintas de su filmografía: Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, Palma de Oro en Cannes 2010, y Cemetery of Splendour, su último largometraje. El cineasta se encuentra en Madrid porque es objeto de una retrospectiva que el festival Spain Moving Images le dedica hasta el viernes, y que se centra, sobre todo, en su trabajo más de tipo artístico, con la proyección de las piezas inéditas en nuestro país Una carta al tío Boonmee (2009), Cenizas (2012), Esmeralda (2007) y Ardiendo (2016).

    Weeresathakul, cuya filmografía puedes ver en Filmin y que se encuentra ultimando el guion de Memoria, su nuevo filme con Tilda Swinton en el reparto, ha atendido a SensaCine, para hablar de esta retrospectiva, de la naturaleza onírica de su cine y de su nuevo proyecto, el primero que ruda fuera de Tailandia.

    De toda su filmografía, sólo han llegado a las salas españolas tres de sus filmes, dos estrenos –'Tío Boonmee' y 'Cemetery of Splendour'–  y un reestreno –'Mysterious Object at Noon'–. ¿Qué le parece, en este sentido, que se le realice una retrospectiva en el marco del festival Spain Moving Images?

    Apichatpong Weerasethakul – Me parece estupendo, la verdad. Nunca he estado en Madrid y es la primera vez que muestro mi trabajo de tipo artístico. Son trabajos más museísticos, instalaciones artísticas. Es muy parecido a lo que hago en mi cine, pero dispuesto de otra manera. En mis trabajos de galería, me gusta investigar en la cuestión del recuerdo, la memoria, el trabajo con las luces. Es una gran oportunidad poder estar aquí y presentar mi obra. Lo cierto es que confío en poder regresar y hacer una exhibición más amplia de mi trabajo artístico, porque me gustaría mucho poder mostrar más cosas. Tengo muchas piezas que aún son inéditas y me parece que vale la pena enseñarlas.

    Su obra artística se despliega en torno a varios dispositivos visuales, desde largometrajes a cortos o instalaciones artísticas. ¿En qué tipo de medio se siente más cómodo?

    A. W. – Bueno, en realidad me gusta trabajar en todos y cada uno de esos formatos porque tras estar dirigiendo películas durante un tiempo necesitas algo de libertad. Sin embargo, demasiada libertad tampoco es indicativo de que tu trabajo vaya a ser mejor. Dirigir películas siempre es un reto, con muchas más restricciones, y no sólo narrativas. El cine es un medio en constante cambio a pesar de las muchas reglas que lo rigen.

    D.R.

    En el último Festival de Rotterdam, que se celebró en enero, presentó una instalación muy peculiar: el 'SLEEPCINEMAHOTEL', una habitación con literas, con varias pantallas, grandes y pequeñas, que imitaba una casa de la selva. Cuéntenos más sobre esta especie de habitación audiovisual para dejarse caer en el sueño.

    A. W. – Tenía en mente  poner en marcha este proyecto en el marco del Festival de Rotterdam desde hacía bastante tiempo. Al principio, estuvimos mirando poder transformar alguna de las salas de cine de la ciudad, pero lo cierto es que no era muy plausible. Así que decidimos modificar la idea que teníamos y buscar un espacio más neutro desde el que trabajar y montar las camas, jugar con las luces, etc. No hay muchas diferencias entre estar viendo una película y soñar: son fenómenos que están muy relacionados en términos de mecanismos mentales. Tampoco podemos olvidar que hay un cine que de alguna manera nos lleva hacia ese estado del sueño. Personalmente, creo que este proyecto puede desencadenar una cierta apreciación de las imágenes internas que a menudo olvidamos porque estamos despiertos. Para mí, los sueños y las imágenes internas son mucho mejor que el cine. Tenemos que valorarlas, porque a veces vemos películas y somos capaces de apreciar esas imágenes, pero a mí me gustaría lograr que la gente vaalorara sus propios sueños.

    Muchos críticos observan precisamente en su cine esa característica de lo somnoliento y de lo onírico. ¿Es algo que busca de manera intencionada?

    A. W. – Sí, cuando veo una película me gusta que me transporte más allá de lo que soy capaz de ver. Por supuesto soy consciente de que estoy viendo cine y de mis propios recuerdos, pero estar viendo una película puede propulsar algunos recuerdos que no tienes tan presentes. Es un fenómeno que me interesa mucho. No sucede con todo el cine, sino  a través de películas que consiguen despertar este efecto de somnolencia y creatividad, películas que son lo más abiertas posibles, que no tratan de contártelo todo. Ese tipo de cine no me interesa demasiado.

    ¿Qué puede avanzarnos de su nuevo proyecto, ‘Memoria’, en el que trabaja con Tilda Swinton?

    A. W. – Es una obra que habla de la alucinación y de una serie de personajes intentando encontrar un camino en mitad de ese estado alucinado, y que acaban llegando a un pequeño pueblo en el que el paisaje y la memoria acaban convergiendo. La verdad es que al explicarlo suena un poco abstracto, pero en cine quedará mucho más claro.

     Es la primera vez que rodará fuera de su país, Tailandia.

    A. W. – Sí. Es un reto enorme. Creo que de alguna manera me acabé acomodando en mi país, y el hecho de salir y de estar fuera del caos político de Tailandia me va a ayudar a reflexionar de otro modo sobre las cosas que suceden ahí. La situación política es mala, los militares se hicieron con el poder hace unos cuatro años, justo cuando me encontraba rodando Cemetery of Splendour, y, bueno, no es el fin del mundo, pero el país se ha transformado en un lugar de muchas tensiones.

    Nunca es fácil financiar un nuevo proyecto. Incluso después de haber conseguido un premio como la Palma de Oro en Cannes, que es muy prestigioso.

    ¿Le ha costado encontrar financiación desde ese cambio de gobierno acontecido en su país, Tailandia?

    A. W. – En mi caso, mis películas son siempre co-producciones, y cintas como Memoria no suelen conseguir financiación estatal de Tailandia. Hace unos años sí que apoyaban mis películas, pero en un momento dado decidí dejar de solicitar ayudas porque no estaba de acuerdo con la dictadura que gobernaba el país. También es cierto que tengo otras opciones para financiar mis películas. Pero bueno, nunca es fácil. Incluso después de haber conseguido un premio como la Palma de Oro en Cannes, que es muy prestigioso. Y hay muchos factores que entran en juego, desde cómo es tu proyecto a si hay cineastas noveles que también optan a esas ayudas y que en verdad las necesitan más que yo.   

    ¿Contar con una estrella como Tilda Swinton en el reparto, le ha ayudado a poner en marcha 'Memoria' o, por el contrario, ha levantado suspicacias?

    A. W. – Memoria es una película de bajo presupuesto. Me resultaría imposible asumir los costes de hacer una película de presupuesto mediano y poder pagar el caché de una estrella como Tilda... Lo que tenemos entre manos es más bien una colaboración. Ahora mismo estoy todavía desarrollando el guion y creo que hacia final de año podremos ponernos a trabajar ya  con su personaje y la producción. Ella está muy implicada. Y es estupendo.

     

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