Para muchos fans de las novelas y películas de J.K. Rowling, Harry Potter y el Prisionero de Azkabán es considerada la mejor cinta de la saga. Una historia en la que sí, asumamos que hay muchos cristales rotos, pero también mucha oscuridad y profundidad en los personajes. Alfonso Cuarón dio el gran salto al mercado estadounidense con esta historia pero, ¿cómo se produjo su fichaje?
En un encuentro con Vanity Fair, el director mexicano ha desvelado que la "culpa" de que dirigiese la tercera historia del mago más famoso del mundo es de un compatriota suyo, Guillermo del Toro.
"Hablé con Guillermo, como siempre hago, y me dijo, "¿qué está pasando? ¿algún proyecto en marcha?". Le dije que sí, que iba a hacer una película de Harry Potter. Incluso nos reímos de ello. No había leído ninguno de los libros o visto las películas. Entonces me miró enfadado y me llamó 'Flaco', que en inglés significa 'delgado'. Me dijo, "Jodido Flaco, ¿ni si quiera has leído los libros?". Le dije que no, y me dijo "Jodido Flaco, eres un bastardo arrogante, vas a ir ahora mismo a una tienda a conseguir los libros y a leerlos, y cuando lo hagas me vas a llamar". Cuando te habla de esa manera tienes que hacerle caso e ir a una librería"
Sobra decir que la orden de Del Toro tuvo el efecto pretendido, y Cuarón comenzó a leer los libros casi de inmediato. Asegura que cuando los leyó comprendió el éxito de los mismos en todo el mundo, se dio cuenta de que para un cineasta es casi una llamada de atención porque las dos primeras historias fueron adaptadas casi paso a paso del papel, pero con el tercer libro comenzaron las libertas creativas para conseguir una historia fiel pero cinematográficamente atractiva. ¡Todo culpa de Del Toro!
