Tendemos a pensar que todo lo que sale de Dragon Ball se convierte en un éxito en Japón, pero lo cierto es que allá por 2009 el público nipón estaba bastante cansado de Son Goku y sus amigos. Tanto, que Dragon Ball Kai, la serie en alta definición que reducía los 179 episodios de Dragon Ball Z, desde la saga de los saiyans hasta la de Célula, a tan solo 98. Sin embargo, en Japón tuvo tan mala audiencia (y eso que originalmente se emitía después de One Piece, el gran éxito de Toei) que ni siquiera emitieron el último capítulo. Total, ¿para qué?
Vamos sin afán, ninguno a la vez
En marzo de 2011, Dragon Ball Kai había anunciado que emitiría su último capítulo en Toei y llegaría al final de lo acordado, cuando ocurrió el terremoto y el tsunami, que obviamente coparon toda la información. Por lo que sea, a nadie le importaba demasiado el final del remake de Dragon Ball Z. Cuando la programación se restauró, Fuji TV cambió la serie de los saiyans por Toriko, y no dio más explicaciones al respecto, dejando ese episodio final totalmente perdido.
Pero claro, en Toei pensaron que tenían la oportunidad de levantarse unos yenes, y lo sacaron directamente en formato doméstico en agosto de 2011, cinco meses después de la emisión fallida, mientras que en el resto del mundo se emitió sin problemas. Y entonces, analizando las audiencias, decidieron que, si la serie continuaba con la saga de Boo, sería total y exclusivamente para el mercado extranjero, porque el japonés no tenía el más mínimo interés por Kai.
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Al final no llegó la sangre al río, y los últimos 70 capítulos acabaron emitiéndose entre 2014 y 2015, aunque en Japón se saltaron ocho de ellos porque no les vieron interés. Incluso en un formato dedicado a eliminar el relleno, encontraron que había cosas que el público nipón no quería ver, como las aventuras del Gran Saiyaman (en el doblaje español, El Guerrero Intergaláctico). No hubo ninguna queja, porque el público fan, por aquel entonces, ya estaba totalmente centrado en el manga de Dragon Ball Super y sus noticias. La rueda, que nunca deje de girar.