Han pasado 15 años desde que un grupo de atrevidas productoras entre las que se encontraba la fundada por Ridley Scott, Scott Free, se atrevieron a adaptar una de las obras literarias más apreciadas de Reino Unido: Los pilares de la tierra, una novela histórica publicada en 1989 que acabaría siendo la más famosa y vendida del autor británico Ken Follett y una de las mejores del género de la historia reciente de la literatura.
Adaptar Los pilares de la tierra no era una tarea menor, pero fue asumida por el guionista John Pielmeier, quien se encargó de condensar las más de mil páginas de la novela de Follett en una miniserie de 8 capítulos que fueron dirigidos por Sergio Mimica-Gezzan. Para hacerlo, se gastaron 40 millones de dólares que ahora no parecen tanto frente a otros grandes presupuestos que pasan por gastarse la misma cifra en un único episodio, pero que entonces no eran precisamente habituales en la pequeña pantalla.

También fue necesario un año entero de trabajo para ver el resultado final, pero la serie, pese a tratarse de una enorme producción televisiva y a la expectación de adaptar una novela de la talla de Los pilares de la tierra, nunca ha alcanzaría la fama de otra ambiciosas adaptaciones literarias, como Juego de tronos o El Señor de los Anillos: Los anillos de poder. Y lo cierto es que Juego de Tronos, estrenada en 2011, no le pillaba tan lejos.
La adaptación del bestseller de Ken Follett está protagonizada por Ian McShane, Rufus Sewell, Matthew Macfadyen, Eddie Redmayne y Hayley Atwell, entre otros, y, como la novela, enmarcada en un periodo clave en Gran Bretaña aunque en un emplazamiento ficticio y con importantes licencias históricas.
Tras la muerte del rey Enrique, ha estallado una lucha por su sucesión en la Inglaterra del siglo XII. La lucha por la corona entre su hija, Maud (Alison Pill), y el sobrino de éste, Esteban (Tony Curran), ha llevado a Inglaterra a la guerra civil. Mientras el obispo Waleran Bigod (McShane) y la familia Hamleigh manipulan el conflicto para satisfacer su implacable ambición, el prior Philip quiere evitar una conspiración contra el heredero al trono. Como señal de paz en favor de la prosperidad de Kingsbridge, quiere construir una catedral de proporciones épicas y para ello contará con el humilde constructor Tom Builder.
La miniserie recibió críticas mayoritariamente positivas, pero su desvío del material en el episodio final no pasó precisamente desapercibido. No obstante, pese a lo ambicioso del proyecto, 15 años después Los pilares de la tierra es una miniserie bastante olvidada que, desafortunadamente, actualmente no está disponible en el catálogo de ninguna plataforma de 'streaming' ni mediante opciones de alquiler.