Los primeros años de Bola de Dragón en España fueron, cuando poco, confusos. La "Gokumanía" empezó en febrero de 1990, cuando se emitió el primer episodio del anime en los canales autonómicos (el primero TVG, muy poco antes que TV3 y ETB). A partir de ese momento, los salones del cómic se convirtieron en un ir y venir de fotocopias piratas del manga japonés que avanzaba las tramas e, incluso, fanzines que montaban episodios y a los que les importaba muy poco quién hubiera comprado los derechos. A finales de 1992, por fin, salió a la venta las famosas Serie Blanca y Serie Roja, y dio comienzo el camino legal de la serie en España. Bueno, "legal".
Kamehames de cero sesenta
En esa primera época de la obra de Akira Toriyama en España donde todos creían haber encontrado su kamehame dorado, destacó un producto por encima de todos los demás: las cartas, o "tarjet-cards", como lo llamaron, que los chavales podíamos comprarnos en sobres hasta coleccionar las 140 (originalmente 90, pero añadieron 50 más al ver el éxito). En la cara venía un dibujo de la serie (normalmente copiado, hecho a mano alzada o directamente inventado) y en la parte trasera un texto que explicaba la situación, normalmente echándole muchísima imaginación. Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, el tema aún era muy primerizo).
Ediciones Este
Los autores de estas "tarjet-cards" fueron los trabajadores de Ediciones Este, la mítica editorial de cromos, tratando de aprovechar el tirón. No se trataba de un producto pirata (tenían la licencia y el copyright, como se puede ver en las cartas) pero los dibujos eran rarísimos: poses imposibles, ojos demasiado juntos y algún que otro spoiler para algunos chavales de la época, como las distintas transformaciones de Freezer... Además de nombres inventados. Por ejemplo, Yajirobai se convirtió en "Hombre del bosque" (¿?), el Duende Tortuga pasó a ser "Genio Tortuga", Launch fue "Lange" y Shenron se hizo llamar... "Sharon". Hoy en día sería acusado de woke.
Ediciones Este
Los textos que acompañaban no eran menos asombrosos. Por ejemplo, no tenían reparos en contar todo el pasado de Goku con los Super Saiyan (o Guerreros del Espacio) que aún no se había revelado en el manga (en el anime estarían cerca de llegar) o considerar a Tao Pai Pai (bueno, Thao Pay Pay) "un chino intrigante y malicioso". Os invito a echar un vistazo a las cartas, una por una, si aún las conserváis, porque son dignas de revisión. Una pieza de arqueología otaku hispana tan abominable como increíble.