En una casa victoriana, una mujer vampiresa y un hombre gigantesco miran, mientras los murciélagos vuelan por la escalera, a un vendedor ambulante diciendo "Sin vibración, silenciosa, y bueno para su espalda. Ninguna casa que se precie debería estar sin ella". Esta fue la primera tira de La Familia Addams, una viñeta dibujada por Charles Addams (precisamente) y que nació sin nombre, pero con un muy malvado y característico sentido del humor. En total fueron 150 viñetas creadas a lo largo de varias décadas y que representaron a la perfección un estilo propio y único. Exactamente aquello de lo que carece Miércoles.
Tirirí, chas, chas
Debo reconocer que no he visto lo suficiente de Miércoles como para poder hacer una crítica en condiciones, pero lo que vi era tan La Familia Addams como Harry Potter o Los Goonies pasado por el filtro de Netflix: la protagonista resuelve misterios, hace nuevos amigos e incluso se mete en un triángulo amoroso mientras descubrimos detalles del pasado. Sí, tiene detalles de humor negro, una estética gótica, personajes similares en nombre y estética y una banda sonora que recuerda al clásico tema de Vic Mizzy, pero ahí terminan los parecidos con 80 años de familia Addams.
No estoy diciendo, conste, que la serie sea mala: está, simplemente, enfocada en demasía a un segmento de edad para el que han manufacturado cada escena, convirtiendo a un personaje clásico en otro muy distinto con el mismo nombre. Han saneado, limpiado y arañado las esquinas de Miércoles Addams para que sus detalles contraculturales sean aceptables y en ningún momento puedan escandalizar a nadie, metiéndola en una batidora de comités reguladores, juntas de accionistas y público de prueba, poniéndola a merced de una sala de guionistas, productores e incluso de los designios de la actriz. El resultado es un divertimento sencillo, rápido, bien hecho y fácil de digerir, con toques de humor oscuro que marcan la diferencia... pero para mi gusto, con el mismo interés que cualquier otra serie de Netflix.
Charles Addams
Me di cuenta de lo alejada que estaba de La Familia Addams original, por mucho Tim Burton que la produzca, cuando, en el último Tudum (la presentación de novedades de Netflix), dedicaron diez minutos de la emisión a repetir el baile de Jenna Ortega que se hizo viral, pero esta vez con una canción de Lady Gaga por el medio. Miércoles pretende ser gótica y malvada, pero en el fondo es solo lo que queda después de que todos se hayan asegurado de quitarle cualquier ápice de maldad y transgresión real, convertir la sitcom en una serie de aventuras al uso y ampliar su público de manera artificial.
A la sitcom de 1964 no le importó ser oscura, extraña y romper con todo lo que se emitía en televisión en aquel momento (dentro de unos límites), y la película de 1991 supo captar a la perfección la mezcla de humor macabro y burla a la aristocracia de los cómics. Sin embargo, Miércoles ha sacrificado su ADN para crear uno nuevo que apele más a la juventud actual: en ese sentido, Netflix ha conseguido lo que buscaba (un nuevo éxito del que fardar, junto a Stranger Things o El juego del calamar), aunque esté carente de sustancia, originalidad ni respeto por la obra original.
Paramount
No me cabe duda alguna de que Miércoles va a tener todas las temporadas que pueda (hasta que Ortega ya no pueda pasar como estudiante de instituto) y que después la serie explotará en tantos spin-off como aguante el público. Quizá alguno de elos recupere la comedia pura, se aleje de la aventura y del romance y haga honor al legado de los personajes. Quién sabe. Lo mismo incluso pueden sobrevivir sin baile viral. Tirirí, chas, chas.