El 16 de enero de 2007, después de patear a Blockbuster con su sistema de suscripción mensual para DVDs en alquiler, Netflix se lanzó a la aventura de algo completamente nuevo: todos los que tuvieran su suscripción mensual para películas en físico también podrían tener el nuevo servicio en streaming, que por aquel entonces era algo nuevo y una palabra que todo el mundo desconocía. Poco imaginábamos que dos décadas después iba a ser el estándar del mundo audiovisual y todo el mundo iba a querer tener "su Netflix".
Qué cosa extraña lo del streaming
Cuando empezó a hacer sus series propias sin depender del resto de cadenas, Netflix entró como un ciclón. House of Cards, Orange is the new black, Sense8, Daredevil, Narcos... Cuando el streamer llegó a España, en octubre de 2015, ya lo hizo con un buen número de series bajo el brazo, y aún quedaba el plato fuerte: el 15 de julio de 2016 llegó la temporada 1 de Stranger Things, y se convirtió en una obsesión. Netflix era imprescindible para todo el que quisiera estar a la última en lo audiovisual.
Sin embargo, antes de eso, no todo el mundo estaba convencido de las bondades del servicio del futuro. Sin ir más lejos. Winona Ryder, cuando firmó para hacer la serie, no tenía ni la más remota de lo que era el streaming, según Shawn Levy, productor de la serie. "Apenas sabía lo que era una serie de televisión, nunca había hecho una". Por supuesto, todos sabemos lo que pasó: se convirtió en uno de los grandes papeles de su vida.
Netflix
Han pasado 9 años desde entonces, y se ha convertido en la serie de Netflix más veterana, aunque hay un programa que la supera en longevidad: Chef's Table, que se estrenó un año antes y aún sigue en emisión tras 7 temporadas. Las dos son ejemplos de un Netflix primigenio del que ahora apenas quedan las migajas. Eso sí: ahora, Winona Ryder ya sabe perfectamente lo que significa "streaming". Algo es algo.