Aunque todos unimos Aquí no hay quien viva, de manera imposible de evitar, a Belén y Emilio, lo cierto es que los hermanos Caballero empezaron pensando en otros personajes: las Supernenas, cotillas por naturaleza, y Mauri y Fernando. Lo curioso es que, a pesar de ser el germen de la serie, los anunciantes quisieron vetarles y la cadena no estaba de acuerdo en absoluto con su incorporación como personajes. Pero, total, como nadie iba a verla, estaba condenada al fracaso y era un simple favor a Jose Luis Moreno, dejaron que se salieran con la suya. El resultado lo conocemos todos de sobra, ¿no?
Aquí no hay quien curre
Aunque el personaje se creara en 2003, lo cierto es que dos décadas después Belén López Vázquez sigue siendo la voz de toda una generación: frustrada vitalmente, sin saber qué hacer con sus vaivenes amorosos y, sobre todo, sin un trabajo fijo. A lo largo de los 91 episodios de la serie, el personaje de Malena Alterio tuvo entre 16 y 19 trabajos, según lo que consideremos como tal... y esta inseguridad laboral no le impedía pagar el alquiler, junto a sus compañeras, de un piso en el centro de Madrid. Maravillas de la televisión.
Belén empezó como empleada de una hamburguesería, pero a lo largo de los episodios fue recepcionista, veterinaria (sin título), controladora de parquímetros, socorrista, teleoperadora de Poseidón Seguros, limpiadora en una redacción e incluso actriz porno. Aquello no salió bien, por cierto, y no precisamente por ser casi lista y casi guapa. Siempre le quedarán puestos en una tintorería o, por supuesto, como cool hunter que hace un break para un coffee.
Malena Alterio, a estas alturas, probablemente está más que harta de frases como "¡Vete un poquito a la mierda!", pero es innegable que la han convertido en todo un icono por el que muchos matarían. Y eso sin agobiarla de ninguna manera.