Llevar 65 años trabajando en la misma profesión es todo un hito. Dentro de la industria del cine, además, es un indicador perfecto de que eres un icono mundial. Sin embargo, cuando el 30 de mayo de 1960 se estrenó el tercer episodio de un drama de BBC protagonizado por Meredith Edwards y Jessie Evans, nadie imaginó que uno de los secundarios más jóvenes, un chavalín de apenas 23 años que acababa de volver del servicio militar y daba sus primeros pasos en el teatro, acabaría ganando dos Óscar, dos Emmy, cuatro BAFTA y sería coronado caballero por la Reina Isabel II. Casi nada.
Un asuntillo de nada
La serie en cuestión, completamente olvidada por la historia, se llamaba A Matter of Degree y constó de 6 episodios en los que seguíamos la historia de Doreen Powell, una chica proveniente de un valle minero en el sur de Gales que ganaba una beca en Oxford. Y una de las personas que conocía, en los episodios 3 y 4, era un joven llamado Stephen, al que daba vida ni más ni menos que Anthony Hopkins.
Por aquel entonces, Hopkins hizo su debut teatral profesional, y aún tardó cinco años más que en Laurence Olivier se fijara en él para unirse al National Royal Theatre en Londres. Era cuestión de tiempo antes de que este actor venido de la nada (era el hijo de un panadero y un ama de casa, al fin y al cabo) se estrenase en televisión como actor en la versión de la obra teatral La mosca tras la oreja.
El resto ya os lo sabéis perfectamente: un año después fue nominado al BAFTA por su interpretación en El león en invierno y poco a poco fue escalando puestos en la industria hasta protagonizar obras maestras como El hombre elefante, El silencio de los corderos, Lo que queda del día o El padre, entre muchas otras. Y todo empezó en la BBC como un perfecto desconocido. ¡Lo que cambia la vida en 65 años de nada!