Al final de la temporada 1 de The Walking Dead no lo sabía, pero Robert Kirkman acabó arrepentido de filmar el último episodio, TS-19, porque creía que acababa revelando que todo el mundo estaba infectado demasiado pronto. Sin embargo, en su momento aceptó contar la historia de los personajes yendo al Centro de Control de Enfermedades y Prevención porque quedó fascinado por cómo se lo planteaba Frank Darabont: la ciencia tras ello, todos los personajes encerrados en una habitación pequeña... Al autor le recordaba a El día de los muertos, y por supuesto que quería algo así en la serie basada en sus cómics. Quién no querría.
Te arrepentirás
Una de las grandes incógnitas de este episodio fue lo que Frank le susurraba a Rick al final. De hecho, llegaron a rodarlo, pero Andrew Lincoln pidió que lo borraran. Llegó incluso a pedir que quemaran esa página de guion porque nadie debía saberlo excepto sus dos personajes. Al final se supo, 13 episodios después, cuando Rick reveló que le había dicho "Todos estamos infectados". Glups.
Sin embargo, fue otra frase de Frank la que quedó para los restos. Hay un momento en el que Rick le dice que está agradecido por dejarles salir antes de que acabe con todo, y el científico responde "Llegará un día en el que no lo estés". La frase quedó como una simple advertencia más hasta el primer episodio de la temporada 7, que se tituló exactamente así y en el que vimos el resultado de la masacre de Negan, que se cargó con su bate de béisbol a Glenn y Abraham. Efectivamente: acabó arrepintiéndose.
Después de 177 episodios divididos en 11 temporadas, el equipo dio por terminada la serie en 2022, que sigue viva a través de secuelas y spin-offs de todo tipo. Mientras los zombis sigan dando dinero, no llegará el día en el que se arrepientan de haber empezado.