Cualquiera que vea Stranger Things puede pensar que realmente es un anuncio a gran escala de Dungeons & Dragons, el mítico juego de rol creado en 1974. Pero lo cierto es que ni mucho menos, a pesar de que han salido ediciones especiales basadas en la serie y preparadas para que los fans de Netflix puedan entrar por primera vez al universo de tirar dados y mirar fichas. De hecho, toda la serie puede verse, de alguna manera, como una macro-partida al juego... a pesar de que sus creadores no eran especialmente fans.
Un mundo infernal
Al fin y al cabo, ambos hermanos nacieron en 1984, así que no tienen especialmente recuerdos sobre los años 80. Sí, tenían películas en VHS de aquella época que veían una y otra vez, y vivieron en un mundo sin Internet, pero sus vivencias y recuerdos de la década se basan, básicamente, en la ficción que consumían. Y, francamente, se nota a la hora de ver Stranger Things.
De hecho, ellos mismos reconocen que jugaron Dungeons & Dragons, pero, simplemente, no eran muy buenos y lo fueron dejando a un lado. De lo que eran seguidores acérrimos era de Magic: The Gathering. ¿Cuál era el problema? Que se lanzó en 1993, mucho después del final de la serie, así que no pudieron cumplir su sueño y hacer jugar a la pandilla a su juego favorito. Cosas que pasan.
Los hermanos Duffer ya están preparados para dejar de lado los 80 y embarcarse en su siguiente gran aventura, pero lo han hecho con una última gran explosión: la temporada 5 de Stranger Things que, para sorpresa de nadie, ha sido un absoluto y completo exitazo. ¿Romperá el episodio final todas las expectativas de la propia Netflix o, por el contrario, pasará a la historia de la infamia televisiva? Lo descubriremos el 31 de diciembre.