Betty comete adulterio con Henry Francis (Christopher Stanley), relaciones públicas del gobernador Nelson Rockefeller, y Don (otro más) con Suzanne Farrell (Abigail Spencer), la profesora de su hija Sally (Kiernan Shipka). Una llave en la lavadora permite a Betty descubrir la vida que le había estado ocultando su marido todo este tiempo. Entonces es cuando el creativo reconoce su nombre, su contacto con la esposa del verdadero Don Draper y la suplantación de personalidad. El final de la tercera temporada reúne las conversaciones más sinceras entre los Draper. A pesar de las mentiras. Por primera vez vemos a un Don vulnerable que se pregunta si Betty le ha querido alguna vez, un Don que se sincera sobre su padre y sobre la mujer que le crió. Un Don que se avergüenza del suicidio de su hermano y que se derrumba.