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    "Los chavales de 17 años tienen experiencias que antes solo tenían los adultos": las series de adolescentes han perdido la ingenuidad hasta llegar a 'Élite'
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    En mayor o menor medida, todos hemos tenido una ficción de referencia cuando estábamos dejando de ser niños y las puertas del mundo adulto se abrían ante nosotros. Esa producción que veías con ganas puede explicar muchas cosas

    Netflix

    En Verano azul la sociedad se escandalizó porque a Bea le vino la regla. Décadas después, los actores de Élite protagonizan escenas de sexo sin tapujos. ¿Qué ha ocurrido en las últimas décadas para pasar de los inocentes niños de Antonio Mercero a las drogas y desnudos de las ficciones actuales? La respuesta es muy sencilla: que la sociedad ha cambiado. “El conjunto de valores sociales de los años 80 parece del siglo pasado. Hoy chavales de 17 y 18 años han tenido experiencias que otras generaciones vivían cuando eran adultos”, explica Juan Carlos Jiménez Redondo, profesor de Sociología de la Universidad CEU San Pablo.

    Las series de adolescentes españolas más populares sirven para hacer un recorrido por la evolución social en nuestro país. Los jóvenes de hoy se escandalizarían al ver cómo Verano azul trata a las mujeres o pensarían que es una serie de niños, mientras que ciertas tramas de Física o Química no podrían haber ocurrido unos años atrás. Los valores cambian y la ficción se encarga de reflejarlo, a pesar de tirar de estereotipos. "Toda ficción es una exageración y tiene que utilizar elementos que resulten atractivos", señala Tamara Vázquez Barrio, profesora e investigadora en la Universidad San Pablo CEU especializada en televisión y adolescentes, que también apunta que las series de ahora son las que más se alejan de la realidad de los jóvenes españoles.

    En líneas generales, los dos profesores afirman que las series han ido incluyendo temas cada vez más controvertidos que atraen la atención de los jóvenes. Otra idea clave es que, al contrario de lo que pueda parecer, la televisión no ha perdido fuerza entre los adolescentes. Ahora transformada tras la llegada de las plataformas de 'streaming', los jóvenes siguen utilizando lo audiovisual como fuente de información y para la formación de valores. "No de manera consciente, pero aunque sea inconsciente todos estos recursos les ayudan a construir su identidad", explica Vázquez.

    Gracias a Juan Carlos Jiménez y Tamara Vázquez analizamos cómo han quedado representadas las diferentes generaciones españolas desde los años 80 hasta la actualidad.

    Años 80: 'Verano azul' y la ausencia de series para adolescentes

    Había una época en la que los adolescentes no tenían su hueco en la parrilla de programación. Los programas se emitían para los niños o los adultos, pero los jóvenes no estaban representados en televisión. De ahí que una de las primeras series para adolescentes, Verano azul, parezca una serie para niños en comparación con el resto de títulos de la lista. Realmente lo era.

    "Aparece representado un target un poco más joven, aunque había diferentes edades. Son personajes más aniñados, temas mucho más vinculados con la propia pandilla o el verano y menos controvertidos”, apunta Vázquez, “También es por el contexto en que se emite esta serie, en Televisión Española y en un momento donde ciertos temas que después se han tratado no se podían plantear”. Coincide con la opinión de Jiménez, que declara que era "una serie muy específica de un momento dado" y que no reflejaba tanto la adolescencia. "Refleja el ambiente de la adolescencia en el sentido de una ingenuidad absoluta. Se empezaban a tratar algunos temas de adolescentes pero desde la ingenuidad, sin querer tener ningún elemento que fuese comprometido".

    Verano azul se estrenó en 1981 y, aunque no lo parezca por sus infinitas reposiciones, solo tuvo una temporada. Es una de las pocas series que hay de este tipo en esta década y no se debe a la poca oferta de entretenimiento que había. La razón es más profunda. “La ausencia de series en los 80 tiene mucho que ver con el reflujo de los jóvenes hacia posiciones mucho más conservadoras. El ser joven ya no es un valor en sí porque para el joven los elementos fundamentales es ser mayor lo antes posible. El entrar en el mercado de trabajo, ganar dinero…”, asegura Jiménez.

    En los 80 el joven deja de ser joven muy rápido para tener una vida de adulto a una edad muy temprana. Esa era la forma de emancipación. Por eso no hay series que reflejen la juventud porque ese joven tendría que ser el 'Lobo de Wall Street'

    Años 90: El inicio de un género con 'Compañeros' y 'Al salir de clase'

    Tras el desierto que eran los 80, los 90 llegan con muchos cambios. Nuevos canales, mayor oferta de entretenimiento, la llegada de series americanas… Es la gran época de la televisión en España y los jóvenes descubren Melrose Place y Sensación de vivir, que tienen un éxito enorme en nuestro país. Los estudios se dan cuenta de que es el momento de lanzar una serie para adolescentes y nace Al salir de clase (1997) y Compañeros (1998).

    “En los 90 se produce una expansión en la televisión, con más canales, más oferta en la parrilla, franjas horarias dirigidas a diferentes públicos. Al salir de clase, por ejemplo, se emitía al mediodía porque los jóvenes salían del instituto y comían en casa viendo la serie. Veían en televisión situaciones parecidas a las que habían vivido previamente en el aula”, apunta Tamara Vázquez. Al encender la televisión se encontraban con dos series que daban mucho valor a la juventud. “Son las series de idealización del joven por ser joven, donde se le dan una serie de problemas, casi siempre de tipo amoroso personal, y donde el ambiente social es siempre un ambiente positivo”, reflexiona Juan Carlos Jiménez.

    Como muchas otras series de adolescentes, les presenta desde una perspectiva positiva. En esta ocasión, además, sin indagar en problemas más trascendentes. “Son retratos de jóvenes que se abren ante las experiencias más superficiales, pero no veo en ninguna de ellas retratos profundos de lo que es ser joven o la sociedad a la que quieren combatir. Es todo ingenuo en el sentido de… Jóvenes con una vida casi de adultos”, continúa Juan Carlos.

    Primeros 2000: La transgresión de 'Física o Química'

    Diez años después volvería a haber una revolución en televisión. En 2007 se estrenó Física o Química, una ficción disruptiva que llevó al ‘prime time’ temas como el sexo o las drogas. “Son temas que a los jóvenes les genera mucha curiosidad. Tampoco tienen mucha información algunas veces. Los jóvenes buscan referentes que ellos no han tenido y los buscan en esos protagonistas y tramas. Ver cómo se solucionan problemas que ellos pueden encontrarse en su día a día”, señala Tamara Vázquez. Esa mezcla de tratar cuestiones candentes y las relaciones personales de los protagonistas está detrás del éxito de la serie.

    El punto de inflexión fue 'Física o Química'. La serie dio mucha información, que seguramente los jóvenes no tenían, sobre drogas y demás temas

    En esta ocasión retrata “jóvenes más maduros, pero infantiles al mismo tiempo”, declara Juan Carlos, “Creo, además, que son buenos retratos de estos jóvenes que quieren vivir experiencias y que tienen una cierta sensación de frustración”. Lo que le diferencia de títulos anteriores como Compañeros es que esa idea de frustración está más presente. Son jóvenes insatisfechos hacia un mundo que quieren cambiar.

    Actualidad: La sociedad 'influencer' con 'Élite'

    Y llegamos a Élite, la última gran serie adolescente de nuestro país. Bebe directamente de sus predecesoras, pero va un paso más allá. Como comenta Juan Carlos Jiménez, son “series con ciertas pretensiones sociales. No sé si lo consiguen del todo, pero por lo menos lo intentan”. Así vemos un conjunto de personajes más diverso, que provienen de diferentes realidades, pero sin salirse de los tópicos. “Están muy bien vestidos, las tendencias están muy presentes. En la sociedad española eso existe, por supuesto, pero esa no es la realidad, es una parte. No veo chicos que trabajen serrando madera en un polígono industrial”, apunta el profesor.

    A Tamara Vázquez lo que más le llama la atención son las situaciones tan surrealistas que aparecen. “Diría que presentan mal a los adolescentes. Las cosas que les pasan no son creíbles”, asegura. Hay temas universales que sí están representados, como las relaciones personales, con la familia o con el colegio, y hace mucho hincapié en ser algo aspiracional. “Ese sueño de poder llegar a tener lo que aparece en la pantalla. Se relaciona con el mundo de los influencers, gente que tiene un gran número de seguidores. Cómo te gustaría ser o cómo viven otros resulta muy atractivo y aparece muy bien representado”.

    Las series adolescentes, de manera progresiva y a través de tópicos, ayudan a entender el cambio de mentalidad en la juventud española, pero no es un fiel retrato de ellos. El problema en muchas ocasiones es el mismo: que son series para adolescentes escritas por adultos. “Si lo escribiesen los jóvenes el retrato de su existencia, seguramente, sería más hedonista y, al mismo tiempo, con más valores que para los jóvenes son importantes, el compañerismo o el valor de la familia. Para un joven, la familia es importante. Tendemos a desarraigar a los jóvenes y meterles en un mundo que no es exactamente el suyo”, apunta Juan Carlos.

    Estos adultos que escriben las historias tienen en sus manos el poder de crear modelos a seguir para los adolescentes. Aunque parezca que la atención de los adolescentes está en otra parte, la ficción sigue siendo una de sus principales fuentes de información y con la que construyen sus propios valores.

    La versión original de este reportaje se publicó el 15 de julio de 2021

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