Gaspard sigue profundamente enamorado de Leïla, y un mes después de que ella lo dejara, se reencuentran en un bar abarrotado. La conversación, cargada de tensión y emociones, se tuerce rápidamente, y Gaspard busca refugio bajo el mantel, intentando escapar de miradas indiscretas mientras se sumerge en sus recuerdos y sentimientos.
Este encuentro revela la fragilidad del amor, la nostalgia y la dificultad de enfrentar lo que queda cuando una relación termina, capturando la intensidad de los lazos que aún persisten entre ambos.