Wilhelmina Barns-Graham, pintora visionaria y pensadora única, fue una figura clave en el grupo modernista de St. Ives. En mayo de 1949, a los 36 años, vivió una epifanía estética y espiritual al escalar el glaciar Grindelwald en Suiza, una experiencia que transformó su arte y su manera de ver el mundo.
Este momento de revelación reconfiguró su percepción y la inspiró a pintar obsesivamente la majestuosidad y el poder de la naturaleza, pasando el resto de su vida reflejando esa conexión profunda con la tierra en su obra.