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El protagonista más pequeño en la historia del cine no es un héroe musculoso ni un animal parlante, sino algo mucho más diminuto y esencial: ¡una célula humana! Dentro del cuerpo humano habitan aproximadamente 37 billones de células, todas con funciones vitales: los glóbulos rojos transportan oxígeno, los glóbulos blancos luchan contra bacterias y virus, y una legión de otras células trabaja sin descanso para mantenernos sanos, fuertes… y vivos. Esta es la historia de Niko, una adolescente responsable y llena de vitalidad que vive con su padre Shigeru, un hombre cariñoso pero descuidado con su salud. Mientras que dentro del cuerpo de Niko las células trabajan felices y en armonía -gracias a su rutina equilibrada y su alimentación saludable- el panorama dentro del cuerpo de Shigeru es totalmente opuesto: las células allí están agotadas, malhumoradas y operan en condiciones caóticas, luchando a diario contra los efectos de su estilo de vida desordenado y poco saludable. Aunque padre e hija parecen llevar una vida tranquila y unida en el exterior, dentro de sus cuerpos se libran dos realidades biológicas totalmente distintas. Pero cuando una amenaza invisible empieza a infiltrarse (bacterias, virus y otros patógenos), ambos organismos se ven enfrentados a una crisis que pone en peligro algo más que su salud: el vínculo que los une.
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