55 es un adolescente que, como muchos otros, se gana la vida como carterista en Bombay. El joven trabaja para el despiadado Sagar Bhai, que para diferenciar a todos los ladrones que trabajan para él, les pone un número que los identifica dentro de la organización, que deben llevar tatuado en el brazo. Él no es nadie, solamente un número, hasta que tiene que enfrentarse a la hija de una de sus víctimas. Este acto, que nunca antes había vivido, le hace replantearse su forma de vida y se cuestiona si quiere seguir así durante el resto de su vida.