En el yacimiento prehistórico de Atapuerca (Burgos), aparece el cadáver de Eva Santos, una joven asesinada siguiendo un antiguo ritual, idéntico al crimen de Teresa Yaner, que ocurrió seis años antes. Ante las inquietantes similitudes, la jueza decide reunir a los detectives Silvia Guzmán y Daniel Velarde, que investigaron el primer caso y vivieron un intenso romance frustrado por la falta de resultados y la huida del principal sospechoso, Carlos Béjar.
Mientras intentan dejar atrás sus diferencias, ambos se ven obligados a colaborar bajo presión, con Silvia liderando la investigación y Daniel trabajando como asesor externo tras abandonar la policía. Pronto descubren que Eva no era tan inocente como parecía, y que estaba involucrada con un grupo juvenil obsesionado con la vida salvaje y con las costumbres de los primeros homínidos. Convencidos de que Béjar ha vuelto a matar, Silvia y Daniel corren contrarreloj para confirmar su teoría y evitar que el asesino vuelva a actuar.
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