Una pareja de ancianos vive en un pequeño pueblo, acompañados por la rutina y la cercanía de su hijo mayor, mientras el menor trabaja en el extranjero. La película retrata con sensibilidad la cotidianidad de la vejez y los lazos familiares, enfrentando la distancia emocional y física que crece entre generaciones.
A medida que surgen tensiones entre los valores tradicionales de los padres y las aspiraciones modernas de los hijos, se revela una conmovedora reflexión sobre el amor familiar, el paso del tiempo y la inevitable transformación de los vínculos.