Opiniones sobre Ne Zha 2

No te apoyes únicamente de lo visual, porque lo narrativo también importa.

Si la primera entrega ya destacaba por su energía, color y composición, esta segunda parte lleva todo ello al límite: cada secuencia está construida con una precisión técnica admirable, los contrastes de luz y la intensidad cromática se sienten más refinados, y el diseño visual alcanza un nivel de detalle casi abrumador. En lo estético, 'Ne Zha 2' es una auténtica proeza.

No obstante, esa grandiosidad visual no se traduce en una conexión emocional igual de potente. De las dos horas y media de metraje, solo en un momento específico logré sentir una conexión real con la historia. El resto del tiempo, pese a su ritmo ágil y su densidad argumental, la trama me resultó distante, incluso aburrida por momentos. No porque falte acción o ambición —todo lo contrario—, sino porque el relato se dispersa tanto entre nuevos personajes y subtramas que el propio Ne Zha, protagonista indiscutible en la primera, parece quedar relegado a un segundo plano.

El guion es más elaborado, más denso y más serio que el de su predecesora. Se nota una clara madurez: menos humor dirigido al público infantil y una aproximación más sobria a temas como la identidad, el destino y el amor maternal. Ese mensaje central se mantiene fuerte y, cuando la película logra enfocarse, realmente conmueve. Pero son momentos aislados dentro de un conjunto que, en lo emocional, cuesta recorrer.

Visualmente, hay instantes que recuerdan a los videojuegos <>, con combates intensos, criaturas de diseño imponente y una atmósfera de "dark fantasy" que aporta una identidad singular. Sin embargo, ese enfoque termina acentuando la sensación de estar ante un espectáculo más que ante una historia.

'Ne Zha 2' es, sin duda, una demostración técnica admirable, una película que empuja los límites de la animación china con una ambición arrolladora. Pero en su empeño por deslumbrar, sacrifica parte del alma que hacía tan especial a la original. El resultado es un filme que se respeta y se valora por su audacia, aunque deja un poso emocional demasiado leve para su duración y su promesa.