El asalto al Capitolio, contado por quienes lo protagonizaron, se despliega como una coreografía caótica de explosiones, rezos y selfies, marcada por la furia digital y la propaganda populista. El documental recorre siete décadas de discursos incendiarios, desde los orígenes del extremismo hasta su propagación en Internet.
Entre ideologías radicales y redes sociales al rojo vivo, surge una inquietante pregunta: ¿fue obra de unos pocos fanáticos o un adelanto del futuro político de Estados Unidos?