Tiene algún momento simpático, no lo voy a negar. Pero si buscas una comedia de esas que te hacen reír sin parar, vete buscando en otro lado. Almost Cops quiere ser muchas cosas a la vez —acción, drama, sátira, cine social— y no consigue ser ninguna de ellas. La sensación que deja es la de una película que no tiene claro a qué público se dirige, ni qué tono quiere mantener. Lo mismo intenta hacer una crítica a la corrupción policial que lanza un chiste sobre cacas de perro. No cuadra.
La pareja protagonista funciona a ratos. La química entre Ramón y Jack podría haber dado mucho más de sí si el guion no estuviera plagado de clichés y giros que ya hemos visto mil veces. El humor, en su mayoría, resulta forzado o directamente infantil. Y lo peor: hay momentos donde parece que la película quiere ponerse seria… pero ni el ritmo ni el estilo visual acompañan. La dirección no encuentra nunca el tono adecuado, y la historia avanza a trompicones entre escenas mal editadas, diálogos planos y secuencias de acción que rozan lo ridículo.
La ambientación en Rotterdam está totalmente desaprovechada. Podría haberse jugado con el contexto, con las dinámicas sociales reales, pero en vez de eso, han preferido copiar fórmulas americanas sin personalidad alguna. No hay nada que la haga especial o que nos hable del lugar donde transcurre. Podría haber sido rodada en cualquier parte y no cambiaría nada.
Lo más triste de todo es que se nota que había una intención detrás: un fondo de crítica social, de mostrar cómo a veces los que están más abajo en la jerarquía policial son los que más cerca están de las personas. Pero está tan mal ejecutado que no emociona, no impacta, no deja huella. Es una oportunidad perdida, una mezcla mal agitada de géneros y referencias que se pisa a sí misma.
En resumen: tiene un par de escenas que hacen sonreír, pero es una película deslavazada, desorientada y aburrida. Una de esas comedias que no lo son, que prometen adrenalina pero dan desgana. Si Netflix pretende seguir apostando por producciones internacionales, al menos que lo haga con propuestas más sólidas. Porque esta… esta no hay por dónde cogerla.