En pleno verano, Adrián y sus amigos, de trece y catorce años, matan el tiempo subiendo a un edificio en construcción desde donde espían a los vecinos del bloque de enfrente. La pandilla se obsesiona con una mujer que toma el sol en topless, pero Adrián desvía su mirada hacia algo distinto.
Entre juegos, descubrimientos y silencios, el despertar del deseo y la identidad se abre paso en este retrato íntimo de la adolescencia, marcado por el calor, la curiosidad y los secretos que empiezan a revelarse.