Joseba Lekuona crea esculturas destinadas a un mercado artístico reservado a unos pocos mientras Simeón Hidalgo profesor jubilado lucha por mantener vivo el museo Petrus un espacio cultural aislado que se resiste a desaparecer. En paralelo Elsa Plano alcaldesa del valle convierte la defensa de su tierra en un compromiso que marca su existencia.
Sus vidas se cruzan en un entorno que parece condenado al abandono pero donde cada gesto cotidiano se transforma en una afirmación de identidad y una forma de resistencia frente a la erosión del tiempo y la indiferencia exterior.