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    Anticristo
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    Anticristo

    Un creador convulso

    por Israel Paredes

    Tras, al parecer, abandonar un proceso de depresión profunda, el cineasta danés escribió junto a Anders Thomas Jensen el guion de Anticristo, película con la que presumiblemente el von Trier se adentraba en un género que nunca antes había tocado, el terror (al igual que Kubrick, pero en otro registro bastante diferente, von Trier parece deseoso de adentrarse en todos los géneros, aunque al final, y a diferencia de Kubrick, acabe haciendo algo totalmente alejado del género en cuestión). Así nace una película llamada, desde el comienzo, a llamar la atención por elementos superficiales como el sexo explícito y malsano, ante todo, por encima de la propuesta en sí misma. En otras palabras, desde el comienzo es patente que la película posee ese elemento del director de querer llamar la atención de manera previa. Un deseo transgresor que conecta a von Trier con un cierto modelo de creador poco corriente en la actualidad: el que aunque sabedor de que recibirá no pocos insultos asume el riesgo y busca el trastocar la moral bienpensante de una burguesía que, de puertas a fuera, se cree a vueltas de todo. Hay, claro está, algo de pose en toda esta aptitud, aunque también algo de frescura, de violencia artística, de riesgo. Evidentemente, estamos ante un creador del que no es baladí pensar sobre su estado mental. Como poco, convulso. Pero dejando de lado toda cuestión de acercamiento psicoanalítico a través de su propuesta, algo que gusta mucho con von Trier, Anticristo es una película excesiva, inquietante, majestuosa. La capacidad de creación visual del cineasta es arrolladora, como demuestra en cada momento en una película que denota una reflexión previa sobre cómo poner en escena la historia para nada aleatoria o producto de una locura repentina del director, como en ocasiones parece ser. Lejos de ser cierto. Cada plano de Anticristo rezuma trabajo, significado. Siempre sucede lo mismo con von Trier, guste o no la propuesta, eso es ya otra cosa. Puede resultar irritante, es innegable, pero al menos logra que el espectador se posicione ante las imágenes. Unas imágenes que nacen de un guion férreo, elaborado, lleno de recovecos simbólicos y metafóricos, de una violencia hiriente y agresiva que busca inquietar, molestar, crear rechazo y admiración por partes iguales. El terror deviene en thriller psicológico, y así nos adentramos en una narración malsana y angustiosa que, a su vez, posee no poca ironía. Y es que von Trier, en el fondo, es un creador irónico, otra cosa es que tendamos a tomarle demasiado en serio. Su visión de la mujer contemporánea en relación a la mujer de otrora, no tiene desperdicio. En realidad, basta con repasar su filmografía para constatar que al cineasta danés lo que más le interesa es la mujer. También el sexo, la culpa, el dolor. Temas todos ellos de carácter universal que consigue concentrar en una narración imperfecta, que quizá requería de un mayor desarrollo de metraje, para dar forma a una película en la que el género de partida acaba transformándose en algo diferente, en algo nuevo. Anticristo puede irritar tanto como fascinar, y es que ahí reside gran parte del genio de von Trier.

    A favor: La propuesta visual de von Trier, magnífica.

    En contra: Que necesitaba algo más desarrollo en algunos temas y quizá un poco menos de simbolismo.

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