Crítica de SensaCine.com para Los burdeles de Paprika: El crepúsculo de los burdeles

Libre adaptación de una de las novelas fundacionales de la literatura erótica, 'Fanny Hill', 'Paprika' es uno de los últimos éxitos que se marcó Tinto Brass, cineasta escandaloso y fetichista de los culos femeninos que vivió su mejor época en los años setenta y principios de los ochenta.

Esta especie de elegía de la época gloriosa de los burdeles transmite cierta nostalgia que podría aplicarse a su propia carrera cinematográfica: como las casas de tolerancia, el cine erótico que él practicaba también pasó a mejor vida hace tiempo. 'Paprika' tiene como protagonista una más que voluptuosa Deborah Caprioglio que, como es mandatario en el cine de Brass, luce siempre que puede sus curvas, sus pechos y sobre todo su trasero. Ella encarna a una joven ingenua que pretende dedicarse a la prostitución solamente para ganar unos ahorrillos y acaba deambulando de lupanar en lupanar. Brass equilibra la sensualidad desbordante y gozosa de la protagonista con el exploit de los elementos más sórdidos del negocio del sexo sin forzar demasiado las tintas en ningún sentido.

'Los burdeles de Paprika' es un buen ejemplo de esa erotomanía de vieja escuela que el cierre de las salas S y la normalización de la industria del porno condenó a ser historia.

A favor: La fresca concupiscencia de la protagonista y la celebración erótica de unos cuerpos femeninos sin depilar, con celulitis y muchas curvas.

En contra: Ese gusto caduco por la sordidez.