Un western inigualable del gran Howard Hawks. Una cinta que es mucho más que una “película del oeste”. Es una historia de amistad, de fidelidades, de compañerismo, una declaración cinematográfica de la moral humana, y un paradigma magistral sobre la construcción de los personajes. El contexto histórico del Oeste es solo una imposición de la Warner debido al tirón del momento, pero el guión de un tal McCampbell podría adaptarse a cualquier coyuntura y en cualquier entorno histórico.
Con un reparto estelar encabezado por el enorme John Wayne (no tanto como actor como por presencia física) y un sorprendentemente caracterizado Dean Martin, la película se erige como un pilar inamovible en la historia del género. Como decía, algo que distingue a "Rio Bravo" es su enfoque en la camaradería, la amistad y la decencia sobre la acción desenfrenada. El maestro Hawks nos sumerge en una situación tensa en la que un sheriff de un pequeño pueblo (Wayne interpreta al inquebrantable Chance) debe mantener a un asesino bajo custodia mientras espera la llegada del marshall estatal, enfrentándose a un poderoso ranchero y sus hombres, que reclaman al reo. Es un argumento trillado, diríamos todos, incluso para aquellos años, es cierto. Sin embargo, la verdadera magia reside en la interacción de los personajes que se unen a Chance: un amigo alcohólico intentando recuperarse de su vergonzosa adicción, y que ahora es el hazmerreír de todo el pueblo (Dean Martin es Dude, ofreciendo una actuación memorable como un auténtico despojo humano), un anciano cojo y cascarrabias, antigua autoridad del lugar, y ahora retirado (Walter Brennan es Stumpy, robando cada escena de la película), una enigmática jugadora de cartas que se sentirá atraída, como no, por la grandilocuencia física y moral de Chance (la preciosa y delicada Angie Dickinson es Feathers), y un joven pistolero escéptico de la jerarquía, pero tan noble de corazón como de intenciones (el cantante Ricky Nelson es Colorado, y se marca un número musical sensacional, "My Rifle, My Pony and Me").
La obra se cuece a fuego lento, permitiendo que el espectro de la amenaza se cierna sobre el grupo, mientras sus relaciones personales van evolucionando. Las actuaciones son soberbias, y Wayne encarna la esencia del héroe estoico, pero es la vulnerabilidad y la redención de Dean Martin lo que realmente eleva la película. Su interpretación es un punto culminante, demostrando una profundidad que a menudo se pasaba por alto en su carrera musical. La química entre el elenco es palpable, y las escenas de diálogo, a menudo con un toque de humor irónico, son tan cautivadoras como las escenas de acción.
Hawks dirige magistralmente (vaya novedad), y construye una atmósfera de tensión constante sin recurrir a la violencia gratuita. Cada personaje tiene su momento para brillar, y la película explora temas de coraje, lealtad y la capacidad humana de superar la adversidad. "Rio Bravo" no es solo una historia de buenos contra malos, es una profunda reflexión sobre lo que significa defender lo correcto, incluso cuando las probabilidades están en tu contra.