Crítica de SensaCine.com para Criaturas celestiales: Solas contra el mundo

En 1994, 'Criaturas celestiales' fue vista como el volantazo más sorprendente que Peter Jackson podía dar a su carrera. Mientras que las tres películas anteriores del cineasta neozelandés empezaban a convertirse en clásicos de culto del cine gore más divertido, incorrecto y espeluznante como 'Mal gusto' (1987), 'El delirante mundo de los Feebles' (1989) y 'Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro' (1992), la nueva colaboración con su co-guionista habitual Fran Walsh no tenía nada que ver con ellas. Se trata, en cambio, de un drama juvenil de época en el que asistimos a la creciente amistad entre un par de chicas de 14 años en la Nueva Zelanda rural de los años 50.

La película está basada en un hecho real: el asesinato de Honora Rieper en 1954 a manos de Pauline Parker, su hija, y su amiga Juliet Hulme. Lo que hacen Jackson y Walsh es contarnos la vida anterior de las dos chicas hasta ese momento, incidiendo sobre su condición de almas gemelas aisladas en un mundo que no las comprende. La forma enérgica y casi histérica de Jackson se toma algunos respiros paisajísticos, pero ante todo se interesa por el mundo interior de las protagonistas, representado por un imaginario mundo medieval de fantasía bautizado como Borovnia. La película es una demostración de madurez por parte del cineasta, aunque todavía se ve aquejada de muchas carencias narrativas, como un inconsistente manejo de las elipsis o el abuso de determinados recursos como la voz en off. Con todo, merece la pena como drama adolescente e historia de iniciación afectiva... por más que acabe derivando en sangrienta crónica criminal.

A favor: El descubrimiento de Kate Winslet.

En contra: La narración con voz en off constante es muy pesada.