Crítica de SensaCine.com para Destellos de genio: ¡Este parabrisas es mío!

El productor Marc Abraham debuta como director con la biografía del inventor del parabrisas intermitente. Un tema que a priori no resulta muy estimulante que digamos. Pero para ser justos, 'Destellos de genio' se centra más bien en la historia de un hombre de vida convencional que desarrolla una idea nueva (el parabrisas cuyo ritmo es similar al  del parpadeo de un ojo en lugar de funcionar sin pausa) para ver como un gigante empresarial como Ford se apropia de ella sin atribuirle ningún crédito.

A partir de aquí el hombre se obsesiona con que la compañía de coches le reconozca como inventor del dispositivo por lo que se enreda en diversos procesos judiciales. Su testarudez lleva a que su mujer le abandone y acabe medio en la ruina. Este retrato de una obsesión de un hombre corriente (encarnado por el muy profesional Greg Kinnear) es lo único que impide que esta película de dos horas, más cerca del correcto y plano biopic televisivo que del apasionante drama judicial, no resulte una catástrofe total.  

A favor: El ajustado retrato de la época. 

En contra: ¿Seguir un juicio de una hora sobre el funcionamiento de los parabrisas? Zzzzz