Crítica de SensaCine.com para Jennifer's Body: Una noche desencantada

Desde los 50, el cine de terror ha tenido una estrecha relación con las historias de adolescentes confundidos: ¿Es tan sorprendente que el rugido de las hormonas y de las fiestas salvajes convierta a estos jóvenes en vampiros o zombies? En 'Jennifer's Body' la posesión monstruosa es indefinida pero sus efectos son poderosos: tras una experiencia traumática, Jennifer (Megan Fox), vomita un líquido espeso y negro y se ve obligada a matar y a alimentarse de gente mientras su mejor amiga, Anita (Amanda Seyfried), la ayuda a ocultar los desperfectos.

El filme intenta ser una combinación muy inteligente que mezcla los clichés de las películas de adolescentes de los 80, la propaganda lésbico-feminista -realzada por la dirección de Karyn Kusama (Girlfight, 2000)- y el drama de abusos íntimos. Sin embargo, la guionista Diablo Cody lo sobrecarga todo con sus interminables y "muy inteligentes" diálogos y una estructura deslavazada. Filmes mucho más modestos, hicieron todo esto antes y lo hicieron mucho mejor.

A favor: La historia de Anita en una cárcel para locas, que sirve como marco del filme.

En contra: Las pesadas referencias a tendencias de la cultura pop.