Crítica de SensaCine.com para La semilla del mal: El exorcista judío

Cuesta creer que el principal responsable de esta película coproducida por Michael Bay sea David S. Goyer, prestigioso guionista de tantos films adaptados de cómics como la saga 'Blade' o los recientes reboots de 'Batman' y 'Superman'. En 'La semilla del mal' prueba suerte también detrás de la cámara en el cine de terror con una especie de versión judía de 'El exorcista' que además se apunta a la moda de películas plagadas de espectros-de-niños-que-se-aparecen-por-los-pasillos.

Aquí el demonio que quiere tomar posesión del cuerpo de una muchacha es un dybbuk, un espíritu maligno que según la tradición judía habita algunas personas vivas y que, en este caso, empezó a atormentar a la familia de la protagonista ya en los campos de exterminio nazis (?!). 'La semilla del mal' no solo hace gala de una historia inverosímil, poco coherente, llena de lagunas y ridiculeces, impropia, en resumen, de un guionista de primera división. Además se aferra desesperadamente a los trucos más vistosos para espantar el personal. Su gimmick estrella es llevar el contorsionismo radical practicado por Linda Blair en 'El exorcista' a extremos delirantes, que invitan más a la risa que al susto.

A favor: Gary Oldman como ponderado rabino.

En contra: Por momentos parece una spoof movie.