Crítica de SensaCine.com para High School Musical 3: Fin de curso: El fin del baile

Que hubiera una primera parte, puede resultar comprensible desde determinado punto de vista; una secuela, también tenía su propia lógica dentro del sistema de producción de Hollywood. Era innecesaria (como la primera en realidad) pero podía responder a las búsqueda crematística de sacarle más partido a unos actores devenidos en estrellas juveniles, a una serie televisiva de gran éxito y a unas canciones y números musicales convertidos en principal y único sentido de la serie.

Pero una tercera película, afortunadamente para cerrar el curso, poseía poco sentido aunque en apariencia la idea es desarrollar, para cerrar, los expuesto en las dos anteriores. Y aun siendo así, da un poco igual, porque en general, salvo que seas adolescente, ya que los dilemas tratados en la película tan solo importan si tienes esa edad (lo cual está bien), la película se convierte en una sucesión de números musicales francamente bien construidos (el director, Kenny Ortega, tiene experiencia en el terreno y es apreciable) que evidencia que el resto (la trama, los personajes, los diálogos) es mero decorado de la música.

A favor: Los números musicales.

En contra: Lo que sucede entre los números.