La casa de las mariposas negras

La Isla es el peor lugar en el que puede acabar cualquier joven.  Se balancea entre una institución para jóvenes conflictivos y un orfanato. La Isla tiene sus propias reglas, basadas en la disciplina, el orden y el castigo colectivo, donde el aislamiento del edificio juega un papel crucial.

Ahí es donde acaba Juhani (el finlandés Niilo Syvaoja), desde pequeño ha ido pasando de un hogar de acogida a otro, conviviendo con familias temporales durante los últimos seis años, de modo que al final cae en los impasibles brazos de la marginalidad, dejando que toda posibilidad de estabilidad en su vida se desvanezca.  A su llegada a la Isla, Juhani tiene poca idea de lo cruel que puede llegar a ser el superintendente Olavi Harjula (Tommi Korpela). Además de Harjula y los otros seis niños, La Isla también es el hogar de Irene (Kristiina Haltu) la esposa del superintendente, las dos hijas de la pareja, y Tynee (Kati Outinen), la ganadera local.

A medida que la estancia en La Isla empeora, la situación se vuelve insoportable, y Juhani se ve obligado a hacer frente a cuestiones tan difíciles como perdón y la responsabilidad, hará lo propio con temas típicos de su edad, como el amor y la amistad. El chico sin pasado vuelve decidido a no dejar pasar, de nuevo, el futuro a través de sus dedos.