Opiniones sobre Me casé con una bruja

Tras ocho años en América, el director francés René Clair ya había experimentado con el cine clásico estadounidense en varios films. Pero no fue hasta 1942 que René Clair nos estrena "I Married a Witch", una de sus mejores películas de su filmografia y por seguro la primera destacable que realizó en América, en la que impregna su estilo elegante de su etapa en Francia para entregarnos una comedia romántica y fantástica que fue muy pero que muy influyente en futuras producciones sobre brujas en la cultura popular.
La película en sí es buenísima, con una historia perfectamente narrada y unas interpretaciones sublimes por parte de todo el reparto, en especial de Veronica Lake y de Fredric March.
El trabajo de Veronica Lake en el film es impresionante, logrando transmitir junto con March una química interpretativa única, y todo ello con el obstáculo de que los dos actores no se llevaron especialmente bien durante la filmación, aún así logra crear frescura con su personaje.
Por otro lado el estilo tanto visual como en dirección de René Clair se nota muchísimo y más en el género romántico. Tratando la elegancia de diálogos y de movimientos de cámara ante todo, aportando a la producción estadounidense su tono europeo y de cine clásico francés.
El tema de la película de centra y gira en torno al amor, y de como este puede romper cualquier maldición o hechizo de brujería. Iniciándose como una historia de venganza, para terminar dándonos una historia de libertad.
La trama narra la historia de que en el siglo XVII una bruja llamada Jennifer condena a una maldición a la familia del hombre que la mandó a la hoguera, Jonathan Wooley, haciendo que sus descendientes sean infelices en el amor.
Ya en 1942, el candidato a la presidencia del Estado y descendiente de los Wooley (Fredric March), esta a punto de casarse con una mujer a la que no ama.
Tras varios acontecimientos la bruja Jennifer (Veronica Lake), se reencarna y sin quererlo se enamora perdidamente mediante brujería a Wooley.
Clair creo un clásico de la fantasía, del romance y de la comedia, que hizo que las brujas salieran del género de terror, influyendo en sus representaciones.