Crítica de SensaCine.com para Gattaca: Huxley revisited

El cineasta neozelandés Andrew Niccol se dio a conocer en Hollywood con este thriller dramático que le debe mucho a la imprescindible novela ‘Un mundo feliz', de Aldous Huxley, y que se ha situado como uno de los filmes de ciencia-ficción más importantes del cine contemporáneo. ¿Las razones? Un argumento eterno (el hombre es dueño de su destino, más allá de determinaciones genéticas o de otro tipo), unos trío de actores precisos y emotivos (Ethan Hawke, Uma Thurman y Jude Law), y una puesta en escena clásica, que subraya sutil pero incisivamente el entorno pulcro y aséptico, gélido, más bien, del futuro no muy lejano en el que tiene lugar la película. Denuncia de la supremacía de la técnica por encima de lo humano, tan en boga en los relatos sci-fi de la posguerra, el trabajo está empapado de ese retrofuturismo que bordea el utopismo y su reverso, lo desutópico. Gran parte del filme se rodó en el Marin County Civic Center de San Rafael (California), el último encargo de Frank Lloyd Wright inaugurado parcialmente en 1960, un edificio cimentado en las bases de la nueva arquitectura para las masas y algo más que un centro cualquiera: allá también se rodó ‘THX1138' (George Lucas, 1969) y es un lugar mítico para los ‘Starwarsmaníacos'.

A favor: La película está mimada hasta el último detalle.

En contra: Que la hayan puesto en televisión hasta la saciedad.