Crítica de SensaCine.com para Riddick: Superviviente nato

David Twohy y Vin Diesel unen de nuevo fuerzas en Riddick, la ya tercera y ¿última? película de la saga transmedia sobre el antihéroe interestelar, desplegada en videojuegos, novelas para jóvenes y hasta un documental. Una naturaleza seriada que en este nuevo episodio, queda señalada desde el arranque del trabajo, un principio que quiere dar respuestas al inesperado final de la anterior película, Las crónicas de Riddick, en la que el socarrón protagonista se convertía en monarca de los necróferos tras matar a Lord Mariscal. Aquí, el tiempo ha pasado y Riddick se ha acomodado a una vida de la corte que pronto le pasará factura cuando sea traicionado por Lord Vaako (ansioso por gobernar), y, de este modo, enviado a un planeta desierto para ser liquidado.

Puestos en situación a través de varios flashbacks, el filme pronto da pie a una trama narrativa que muchos fans de Riddick reconocerán muy parecida a la historia de Pitch Black. Riddick vuelve a ser un renegado a quien dar caza en un planeta hostil habitado por unas criaturas aletargadas que despertarán para ir en busca de nuestros protagonistas. A diferencia de la película seminal de la saga, en Riddick las criaturas voraces que los amenazan son unos bichos semi-acuáticos avivados con la llegada de una tormenta, un enemigo más contra el que luchar además de los dos comandos de mercenarios que han llegado al planeta para capturarlo. Como se ve, los puntos en común con el primer largometraje son bastantes, aunque ello no sea óbice para no disfrutar del filme, que además de una continuación, parece un homenaje al mismísimo Riddick. Y es que aquí Twohy tampoco abandona el espíritu de serie B y universo croma que domina toda la franquicia, recreándose aún más en el carisma del personaje, sus frases lapidarias y su fotogenia de cómic.

Durante los primeros minutos el filme, las palabras brillan por su ausencia mientras nos sumergimos en el duro día a día del personaje por sobrevivir en el planeta en el que iba a ser asesinado. Esas secuencias en las que Riddick se entrena para volver a ser sí mismo casi parecen una lucha por esos nueve años perdidos en el limbo de los es tudios de Hollywood. Riddick es un superviviente nato, y eso es algo que Twohy quiere marcar a fuego en nuestras retinas por si vuelven a pasar años antes de que veamos de nuevo al furyano, quizá por fin de vuelta a casa.

A favor: Su espíritu de serie B, los secundarios y la autoconsciencia del personaje.

En contra: La simpleza de la trama.