Mi cuenta
    Mientras seamos jóvenes
    Nota media
    2,6
    47 notas
    ¿Tu opinión sobre Mientras seamos jóvenes ?

    3 Críticas del usuario

    5
    0 crítica
    4
    0 crítica
    3
    2 críticas
    2
    1 crítica
    1
    0 crítica
    0
    0 crítica
    Ordenar por
    Mejores críticas Últimas críticas Usuarios que han publicado más críticas Usuarios con más seguidores
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    127.257 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 6 de septiembre de 2015
    Declaración de intenciones..., ¡aceptar tu lugar!
    "Creo que deberías abrir la puerta y dejarlos entrar. ¿Abrir la puerta?..., podría ser bueno para ti!, aunque ¡cuidado!, pues el tierno arcángel, de cara simpática y seductora, puede ser un farsante manipulador que te use a beneficio propio, sin carga de conciencia ni remordimiento, con la palabra de no ser un mentiroso sino, sólo un diseñador que adorna la honestidad para hacerla más interesante.
    Porque "quería ser admirado, quería un protegido", mientras el susodicho pensaba "quiero ser insalvable", dos distintas caras de una moneda que se alterna en el tiempo pues los momentos pasan, las oportunidades se pierden y no se puede aspirar a seguir siendo un veinteañero cuando has pasado la barrera de los cuarenta, porque cada fase tiene su época, porque la edad pesa, los fracasos anulan y la obsesión por el éxito entorpece la creatividad objetiva, porque se dejan de hacer cosas para enfrascarse en eterna parada que ni se mueve ni avanza, donde la seguridad y confianza fallan y la inspiración se relega al olvido.
    Y aunque el mundo no es una conspiracion contra tu persona, no un puñetero bromista que se empeña en dificultar la existencia, si que es cierto que la vida tiene su tempo, su ritmo y, o te subes a tiempo o, entretanto, quedas retrasado, sin consideración ni espera ésta sigue su marcha mientras tú estás entretenido haciendo planes, sucede ¡sin más!, y toda tu frustración por la oportunidad perdida, por la apuesta nunca ganada debe absorberse, canalizarse para poder seguir adelante y no estar nublado por siempre
    La generosidad de una nueva amistad, la alegría de un volver a ser, apertura a una etapa pasada para revivir y componer lo nunca hecho, sólo que es ficción creíble por las carencias nunca resueltas de una hermosa aventura, decorada para que te guste y atrape a tu ego, admitir donde te hallas, quién ya no eres y quién todavía puedes ser, no jugar al ridículo de un lugar y posición que ya no te pertenecen y sacar todas las posibilidades de tu real ser.
    Noah Baumbach vuelve a conseguirlo, vuelve a presentar un film cargado de verdades dolorosas narradas en clave de humor irónico, agudeza de unos diálogos fluidos, irreverentes, osados e inteligentes para una cinta fresca, ocurrente y bohemia, descaro que permite meditar e inmiscuirse en el lío mental de sus protagonistas, gracias a la armonía y coalición de sus dos intérpretes, Ben Stiller y Naomi Watts -se centra, especialmente, en el primero-, que forman una pareja vitalista y espontánea que, tras breve torpeza por fascinante y fatalista fantasía, dejan paso a su realidad; incorformistas que deben amoldarse y resignarse pues el paso del tiempo -la gran estrella, siempre presente y recordatoria-, con sus consecuencias, recelos, decepciones y daños actúa, hiere y critica, escuche o ignore la razón, sienta o finja el corazón, simplemente, ahí está.
    No es tan divertida como ostenta a ser, alegre sí/risueña no, tiene momentos muy logrados, de cumbre sarcástica y ridiculez escénica, pero también otros tanto poco motivadores donde se pierde la conexión establecida, que sin duda vuelve a recuperarse, aunque no se puede negar que no es lineal la exposición de su dramaturgia cómica, vive de altibajos que se intercalan y aspiran sin voluntad pero con todo su positivo y áspero sentimiento, lo cual deja una sentida discontinuidad compensada por la profunda reflexión sobre la madurez y lo que conlleva vivir realmente en ella.
    "No es maligno, sólo es joven", y arrogante, verificada incompatibilidad de no serlo más que te hace rabiar, explotar, reconocer y tolerar, podrás ser mancebo de espíritu pero tu cuerpo ya no lo es, paradoja que debe amoldarse en un texto loable y absorbente que presenta, de forma ingeniosa, los contrastes y reveses de ambos mundos; personal disconformidad, en el símbolo genérico de la tenencia de hijos, como admisión de aceptar tu sitio.
    Transtornada en su devenir, es un caos neurótico de quien ya no recuerda a dónde pertenece, enojado con el tiempo, rastros de juventud todavía se acopian en su esencia, pero hay una verdad que tiene y que no resulta esquiva, su piel pierde lozanía, pequeños achaques llaman a la puerta, ya no eres un chiquillo loco de cabeza inquieta, sino un señor que debe empezar a respetar a su persona.
    Contradictorio a la sociedad que vivimos es el cine característico, de sello indiscutible, de quien firma el escrito y acierta en la dirección; con todos sus contrapuntos, mantiene vivo el interés.
    "Mientras seamos jóvenes", sólo que ¡ya no lo eres!
    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    94.566 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 12 de enero de 2016
    Noah Baumbach escribe, produce y dirige Mientras seamos jóvenes, su octavo largometraje, una película que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2014 y ha llegado a recaudar, en Estados Unidos, más que de todas las películas anteriores de Baumbach juntas (Frances Ha, Mistress America).
    [...] Resulta fascinante observar y comparar como una pareja de cuarenta y tantos interactúan con una de “veintipocos”, unos demasiado maduros para su edad, otros demasiado influenciables para la suya. Sus distintas formas de vida y como tratan de adaptarse a los cambios nos dejará momentos muy ingeniosos y divertidos. Los jóvenes Jamie y Darby fabrican sus propios muebles, se desplazan en bicicleta o patines, compran ropa de segunda mano, escuchan música en vinilos… vamos unos auténticos hipters. Mientras que Josh y Cornelia son todo lo contrario, escuchan música a través de internet, compran ropa de marca y se dejan arrastrar por todas las novedades que aportan a su vida sus nuevos amigos.
    La primera hora de película es bastante agradable, los personajes son simpáticos y la trama es honesta, pero quizás el desenlace es demasiado conservador y convencional. Me ha gustado mucho el modo en que Baumbach pone de manifiesto, de una manera muy lucida, ese no entender a las nuevas generaciones con sus ideas nuevas y sus nuevas formas de hacer las cosas y lo inútil que resulta intentar aferrarse a lo una vez fue. Todo ello en un tono de comedia dulce y con mucho encanto gracias al talento y carisma de sus protagonistas por un lado Ben Stiller y Naomi Watts como la pareja veterana y, por otro lado Adam Driver y Amanda Seyfried como los jóvenes inconformistas.
    Una divertida e ingeniosa sátira sobre la madurez y los problemas que eso conlleva. Muy recomendable.
    Gerardo M.
    Gerardo M.

    4.452 usuarios 134 críticas Sigue sus publicaciones

    2,0
    Publicada el 19 de junio de 2015
    Crisis de la mediana edad

    En el que sigue siendo su mejor trabajo hasta la fecha, “Una historia de Brooklyn (The Squid and the Whale)”, Noah Baumbach planteaba con mordacidad, de una manera triste pero cómica a la vez, el conflicto generacional que surgía cuando dos hermanos trataban de encajar el tumultuoso divorcio de sus padres y la posterior desestructuración de la unidad familiar.

    Con su nuevo trabajo, que no el último, el cineasta neoyorquino no realiza una deconstrucción generacional, sino que habla justamente de lo contrario, de la importancia de afrontar la cuarentena y con ello la relevancia de asumir tu propia edad, aunque ello conlleve la necesidad de formar una familia. Lo hace enfrentando a la pareja protagonista, interpretados por unos destacables Ben Stiller y Naomi Watts, al reflejo de lo que eran veinte años atrás, a la pareja formada por el convincente Adam Driver y la solvente Amanda Seyfried. Aunque lo hagan intercambiando los papeles. Los cuarentones viven en la sociedad de la conexión global tecnológica, mientras los veinteañeros leen libros, escuchan discos en vinilo, escriben utilizando máquinas de escribir y frecuentan esa enorme red social que es la calle.

    Baumbach vuelve a utilizar los recursos habituales de su filmografía. Es decir, la espontaneidad de un guión repleto de diálogos cotidianos intercalados con pinceladas culturales, interpretados por un buen plantel de actores y una selección musical que va desde la música clásica hasta las composiciones de James Murphy. Todo ello aderezado con una puesta en escena independiente que algunos se empeñan en comparar con el cine de Woody Allen.

    Sin embargo, en esta ocasión, tanto en guión como en ritmo, su propuesta no acaba de encontrar el tono adecuado entre comedia y drama, no logra una comedia agria que mantenga el interés durante los escasos noventa minutos de duración. A ratos funciona y está inspirada y a ratos aburre, especialmente en un tramo central en el que el director apuesta por mostrar el ridículo en el que acaban cayendo sus dos protagonistas por intentar seguir pareciendo jóvenes, sin llegar a arrancar nunca una sonrisa. Llega un punto en el que parece que su planteamiento ha sido ya explotado en su media hora inicial y que no sabe encarrilar la historia, estancándose tanto como el personaje de Stiller con ese documental que lleva casi una década tratando de sacar adelante sin éxito.

    Sólo vuelve a remontar el vuelo en sus minutos finales, cuando se preocupa por asentar la moraleja de esta errática e irregular comedia que quizá hubiera dado mejor resultado con mucho menos metraje, incluso en formato corto. Una moraleja que constituye, eso sí, un sonoro bofetón en toda la cara. Hagas lo que hagas por ponerte al día y resultar moderno, la sociedad siempre avanzará mucho más rápido que tú. Les toca a las nuevas generaciones conquistar el nuevo mundo. Así que asume la edad que tienes y deja de hacer el ridículo.

    A favor: sus actores, especialmente su pareja protagonista, y la moraleja que encierra
    En contra: acaba estancándose en su propia historia
    ¿Quieres leer más críticas?
    Back to Top